24 horas: abierto por la noche ((LIBRE))

Hacía mucho tiempo que no visitaba ningún parque de atracciones, pues éstos sólo abrían durante el día. No obstante, aquel en concreto tenía una peculiaridad que no había visto nunca: también abría por la noche.
Le resultaba interesante poder entrar en un parque de esos, y más aún por la noche. Además, a los pocos que había podido ir, eran totalmente distintos a los actuales. Cosas de la tecnología.

Entró en aquel sitio, después de haber pagado la entrada -le costó 40 euros, por el día costaba 30, pero por la noche era más caro- y lo primero que vio fue una noria. Sabía de todo aquel tipo de atracciones gracias a los libros, películas, y lo que le explicaban los demás. Y la noria precisamente no era una de sus atracciones favoritas, pues la encontraba algo aburrida pese a no haberla probado nunca.
Siguió caminando y distinguió lo que era la montaña rusa. Eso ya le interesaba más.

Al llegar a la cola, sólo vio a una persona.

-Hola -saludó ella, pues no le apetecía estar toda la noche sola, como casi siempre.

tenía mucho en quepensar, enq ue reflexionar, suspiro despues de pagar la entrada se adentro al parque de Diversiones camino sin rumbo, hasta que s eparo en la montaña rusa, miro su altura y espero pensativa que la maquinaria se detuviera para que ella subiera, quizas un poco de adrenalñina le despejara la mente.

- hola- sintio que le ahblaban, de golpe volvio a la realidad, busco a su alrededor quien le hablaba y vio a una chica de negros cabellos

- Hola- respondio mirandola

La chica que tenía ante Nacora era humana, de cabello largo y rojizo y de ojos azules.
Se preguntó qué haría ella ahí a esas horas de la noche, pero pasó de preguntarlo, pues últimamente no paraba de repetir aquella cuestión.

-Me llamo Nacora. Vine aquí ya que hacía tiempo que no visitaba un parque de atracciones. -se quedó mirando el vehículo que daba vueltas en aquella atracción, esperando a que parara para poder subir- Me entraron ganas de subirme en algún chisme de estos. Parece que son rápidos. -aunque no sabía si la velocidad del cochecito afectaría igual a ella, siendo vampira, que a la humana.

No sabía qué más decir, así que añadió:

-Es extraño ver a gente en un parque así por la noche. Normalmente se suele ir de día. -se quedó pensativa- Aunque claro, a pesar de que la entrada cuesta más, depende de cómo se mire sale más a cuenta... pues las esperas son menores.

¿Le molestaría a aquella chica tanta charla? Igual se metía donde no le llamaban. De todas maneras, no se preocupó demasiado.

La pelirroja miro a la segunda en la fila con detención, su palides contrastaba fuertemente con la noche y el brillo de la luna parecia acariciar su piel, labios rojizos, y mirada lejana, Ilyria medito unos segúndos, "vampira", se dijo a si misma mientras ella hablaba, pero fuera, muy lejos de alarmarse solo la escucho, al parecer solo queria adrenalina.

- Pues si, es cierto es extraño ver a gente deambulando por un parque a estas horas de la noche, pero como bien dices, es el mejor tiempo, más caro, pero más vacio, y la panoramica mientras vas en los juegos, es mejor- dijo mirnadola- Por cierto, soy Phoenix-acoto luego de apoyar el argumento de Nacora.

Llegue al parque de atracciones, no sabia ni para que, ni porque estaba allí simplemente estaba, aburrido y sin saber que podía hacer cuando una luz me ilumino, mostrándome a 2 muchachas solas, así que me decidí acercar.

- Buenas chicas.

Aparqué a Scarlett tan bien como pude y me dirigí a pagar la entrada. Me rasqué el bolsillo y al fin conseguí reunir el dinero suficiente.

"¡Por fin podré montar en los simuladores de conducción sin tener que hacer colas!" celebré mentalmente, acompañando mi emoción con un gran salto. Correteé hasta el interior del recinto y me topé con mi peor pesadilla.

AVERIADO- rezaba el cartel de la puerta de entrada al salón recreativo y los simuladores. un grito de ira escapó de mis labios y pateé lo primero que se encontró en mi camino. La nada. Casi perdí el equilibrio al patear con tanta fuerza el aire.

-Si yo fuera el técnico aquí, esto estaría arreglado en un momento...¡Pero estos hijos de cabra lo han dejado para otro día!- enfurecido, me dirigí hasta otra atracción. Miré con sorpresa la montaña rusa. ¿A esas horas de la noche y ya con colas? Me quedé un rato mirando. Una cabellera roja que me resultaba familiar estaba haciendo cola en esa misma atracción. Pero prescindí de acercarme. Estaba de muy mal humor, había malgastado mi dinero para algo que no había logrado hacer.

La chica de pelo rojizo le dijo su nombre.

-Es un buen nombre. -dijo observando el gran tatuaje que le recubría la espalda a la chica.

Justo cuando el vehículo se había parado, preparado para ser montado, un chico se acercó a ellas. Era alto y vestía ropajes oscuros, algo góticos. Sus ojos eran azules y su cabello rubio platino, casi blanco. Éste saludó.

-Hola -contestó ella, preguntándose qué raza sería, pues no parecía humano.

Miró el coche el cual esperaba con impaciencia, y luego miró a Phoenix y al chico.

-¿Qué os parece si nos montamos juntos? Mientras más, mejor, ¿no? -sonrió.

Despues de aquella charla Phoenix sonrio ante el halago de su nombre, "si... es bello con una triste historia..", pensó, cuando noto que un chico rubi se acercaba a ellas, la pelirroja lo miro detenidamente mientras sentía el rechinar de los frenos de la atracción tratando de frenar la maquinaria, hasta que se paro frente a ellos.

- Hola - respondio ella también, luego Nacora invito a que se subieran juntos,
- Por mi no hay problema- sonrio levemente al tiempo que movia su cabellera y giraba lentamente su cabeza, en la lejanía le parecio ver una figura familiar, pero no estaba segura. Agudizo su vista lo más que pudo, hasta que estuvo segura o practicamente segura que no podía ser nadie más que él.

-Siguiendo tu logica, Nacora, de entre más mejor, ire a buscar a alguien más- sonrio mientras abandonaba el lugar y se dirigia donde el extraño, al acercarse ya segura, noto que era Will, sonriente y agitando su cabellera al viento llego junto a él plantandose delante.

- Tú, no pensabas saludarme?- sonrio burlonamente

Por unos instantes, me la quedé mirando, con la boca abierta.
-¡Ostia puta, Phoe, no me des esos sustos!- bromeé, pellizcándole suavemente la mejilla para luego darle un abrazo. Debía olvidar el incidente de las recreativas como fuera.

-Estabas haciendo cola en la montaña rusa, ¿verdad?- le sonreí socarronamente y le besé la mano.

Metiendo las manos en mis pantalones tejanos, me encaminé hacia la atracción. Allí se hallaban otro tio, féerico a juzgar por su apariencia, y una chica que, madre mía, estaba tremenda. Me aguanté el silbido que se empeñaba en salir de mis labios y los saludé a ambos con un simple gesto de mano, viendo que ya teníamos paso para acceder a la atracción.

Me senté en primera fila y espere a que la cosa esa se pusiera en marcha.

Al llegar vi como ambas me saludaban, y que una me invitaba a subir con ellas mientras la otra iba a buscar a un hombre, el cual al llegar solo saludo con un gesto y se monto directo yo por no ser mal educado y no digo que el chico lo hubiera sido cedí el paso a ambas chicas diciendo:

Acepto la invitación señoritas por favor tomen asiento ustedes primero. – Dije con voz suave y tranquila- Aunque si me permiten el atrevimiento yo luego quiero ir a otra atracción y si no les importa me gustaría que me acompañaran señoritas. – Entonces mire al chico y le dije.- Y porsupuesto espero que tu también vengas.- le dijo con voz amistosa luego volvi a mirar a las chicas y continue.- A si y una cosa mas mi nombre es Orion, Orion Lost.

Tras presentarme y dejar subir a las 2 muchacha me subí al lado de la que se quedara sin pareja ya que eran asientos vi plaza y el chico ya había tomado asiento. La montaña rusa no prometía demasiado, ya que era la típica montaña rusa de subidas y bajadas con un Dupin que pongamos solo duraba unos 5 o 10 min, pero eso no importaba la cuestión era divertirse.

Phoenix se fue y al momento volvió junto a un hombre. Era un elfo, de melena larga castaña larga, y con barba. Se sorprendió, pues no estaba acostumbrada a ver elfos con barba. Aún así, era bastante atractivo, y la mirada que éste le dirigió la hizo sonreír.

Como él y Phoenix se habían sentado delante, ella se sentó detrás, al lado de Orión, pues éste ya se había presentado.

Después de escucharlo, contestó:

-Claro, para algo estamos aquí, para ir a atracciones. Y mientras más seamos, mejor. -le sonrió.

Bajó la barra de seguridad, y el coche se puso en marcha.

Estuvieron como cinco minutos dando vueltas, subiendo y bajando a una velocidad más baja de la que esperaba Nacora. Finalmente, el cacharro paró y bajaron los cuatro.

-Bueno, entonces... ¿hacia a dónde nos dirigimos ahora? -le preguntó a Orión. Mientras más se fijaba, más le parecía un feérico, pues tenía todas las características de la raza.

Se volvió a fijar en el elfo. No había dicho su nombre, así que le preguntó.

Y tú... ¿cómo te llamas? Yo soy Nacora -le dijo pasándose los dedos entre su oscuro cabello, mordiéndose el labio. Le parecía realmente divertido.

Revuelto. Así es como me sentí. Asquerosamente revuelto. Bajé de la atracción, que para mi gusto había durado demasiado, y me quedé mirando a mis compañeros, que estaban como una rosa.

"Soy un nenaza, hasta el féerico tiene más aguante que yo"- me quejé mentalmente. Pero mi pensamiento se vio interrumpido por la certera pregunta de la tal Nacora. Me centré, le sonreí, le agarré la mano y se la besé a modo de broma.

-William Zerioss, pero mis amigos me llaman Will o Zerioss, como más os guste- me rasqué tras las orejas, incómodo por el extraño silencio que se había formado tras mi presentación -Tu eres Orión- señalé al féerico -Tu Nacora- sonreí pícaramente a la mujer -Y tu mi ya conocida, adorada, y mencionada hasta la saciedad, Phoenix.

A Phoenix me la quedé mirando, mientras echaba a andar hasta el interior del parque.

-Escoged atracción y yo os sigo, sed mis guias, puesto que, a lo que yo venía, me han jodido. Estan de reparaciones.

Me rezagué unos instantes, agarrando a Phoenix del brazo con una grandiosa y juguetona sonrisa.

-El gran oso me ha hablado de una chica que se parece mucho a ti tanto física como por la semejanza del nombre. Y si le oyeras como hablaba, se te subirían los colores. Vio el dibujo que te hice y... casi me amenazó de muerte para conseguirlo. No se lo di- aseveré lo último con un fingido escalofrío de miedo -Pero me gustaría más regalarle algo más especial. Como...- le tendí dos vales y luego salí corriendo tras Nacora y Orión, mientras la sonrisa traviesa bailaba sobre mis labios.

Phoenix se bajo de la atraccion, algo traspuesta, al menos había ocnseguido alivianar su mente con quellas vueltas, ya no pensaba en cada uno de sus minutos filosóficos, si no en cuan revuelto estaríoa su estomago, sacudio al cabeza y rechazó la diea mietnras se tomaba de Will y este hablaba con NAcora.

cuando el Feerico Orin, propuso un grupo que buscar a los juegos solo asintio ordenando su mente, sus neuronas y en general todo su cuerpo. Se agarro al brazo de Will mientras seguian a Orion.

Escucho en sielncio como Will hablaba, sus palabras probocaron que sus mejillas se calentaran, pero suspiro bajando la mirada evitando que will lo notara, cuando su compañero le tendio lso boletos se limito a tomarlos, una sola palabra saldria de su boca, pero no alcanzo a ser emitida, Will corrio al lado de la Vampira.
Su mente se censuro ante el conocimiento público mientras miraba lso boletos, pensó en tirarlos pero los guardo en un bolsillo, y les dio alcance a sus acompañantes

Sonreí y les dije:

- Como antes eh reventado el record de las motos de la recreativa y a causa de eso las han cerrado iremos a una atracción donde dos chicos y dos chicas pueden pasárselo bien.

Entonces empecé a andar guiándolos esta la mansión del terror. Donde me plante en la entrada y los mire diciendo:

- Como entramos.

Llegaron a la Mansion del terror, Phoenix se acerco a Will, y saco los boletos

- No creo que los ocupe....- susurro con una leve tristeza mientras los deslizaba por su mano a la de will para luego alejarse hacia Orion.

-Pues, yo propongo alternar parejas ahora, en el anterior juego yo hiba con Will... que tal si ahora yo voy con Orion y Nacora con Will?- dijo tratando de mostrarse alegre, y colocandose al lado de Orion, despeus de todo, queria escaparse de la pregunta implicita del porque no ocurapia los oletos. miro a sus acompañantes y espero la respuesta de ellos.

-Que ....¿que no?- me quedé mirando a Phoenix, viendo como se alejaba habilmente con Orión, dejándome con Nacora, realmente confuso.

-¡Mujeres! ¡Quien os entienda!- rugí, intentado atrapar a mi fugitiva amiguita. Rompí los vales, estaba MUY cabreado. -¡Es la última vez que le hago un favor a un amigo! ¡A tomar por el culo!- agarré la mano fría de la vampiro y le sonreí, aún notándose la molestia de la que era preso.

-Discúlpame y estoy ligeramente en un modo que me hace ser más capullo de lo que soy normalmente, no es mi intención. Vamos a pasar un poco de miedo en ese casucho que se supone que está encantado, ¿no?- me incliné ante Nacora y le besé la mano.

-Las damas primero, y el burro luego.

Nacora se quedó mirando a Phoenix y a Will. Él parecía haberse cabreado por algo, pero no era de su incumbencia así que no dijo nada.

Luego se calmó un poco y la invitó a pasar ante él. Era un tío algo bruto, pero intentaba comportarse. Aunque era realmente divertido, y eso le gustaba a ella.

Nacora pasó hacia adentro y le cogió la mano al elfo, divertida.

-Veamos qué sorpresas nos depara esta casa del terror. Quizás se lo curran más por las noches. ¿Te imaginas que sale alguien disfrazado de vampiro? -se rió, intentándose imaginar a una persona con una capa y colmillos de plástico, con líquido rojo bajando por su barbilla.

Comenzó a andar junto a Will, estaba muy oscuro, aunque por suerte, gracias a la pequeña iluminación que había, ella podía ver bastante claramente. De todos modos, aquello hacía que se hiciera aburrida la atracción, así que no puso interés en utilizar su aguda vista.