A por un juguetito nuevo...

La noche cae sobre new new york y mis pasos sonaban simples golpes sordos mientras cruzaba ante una tienda de electrodomésticos.
Nathan va a mi lado, sonrie levemente, mantiene mi ritmo sin vacilar.

-¿Cuándo lo rompiste?

--Hace cuatro horas..--

-¿Y no aguantas cuatro horas sin música? ¿cómo se te ocurre cargarte el ipod?- rie mi hermano.

--¡¡¡No fue mi culpa!!! ¡ se sobrecargó y se rompió!-- chillo, me ha sacado de mis casillas.

-¿Y con qué dinero te comprarás el nuevo?-como detesto que hable con tanta amabilidad cuando estoy cabreada...se va a enterar...

--Pues con el dinero que gané en el casino, claro--

Nathan empalidece y su sonrisa desaparece dando paso a una linea formada por sus labios tensos, mi sonrisita de suficiencia no se hace esperar, me gusta que Nathan esté enfadado si yo lo estoy,Yuuki mueve el rabo a su lado, con una sonrisa lupina y la lengua recolgante.
Llegamos a la tienda de música, entramos y compro el primer aparato que veo, pago en efectivo con una sonrisa, mi mellizo no la tiene, me mira con los ojos muy abiertos.

-¡¡Qué despilfarro de dinero!!-me reprocha.

--Un ipod nunca es un despilfarro, idiota.--

Nathan rie y pasa un brazo por mis hombros, caminamos cada vez mas hacia el centro, me doy cuenta en seguida pero tampoco me importa, con mi hermano todo es pasotismo y felicidad, Nathaniel hace que mis mayores preocupaciones se evaporen en nada, él es seguridad, él es la luz en mi oscuridad...

Pasear por los techos de la New new york te permitia dos cosas, observar a los ingenuos transeuntes y sentirte libre, con los patines provocaba un chirrio bastante desagradable, pero nadie lo oiria, estaba en lo mas alto y podia observar sin que la gente pudiera ver mas que una sombra moviendose rapidamente, adoraba mis patines, creación mia e implantados quirujicamente en mis pies para siempre, me pare en seco sobre una barandilla y mire con mis rojos ojos a un par de caminantes, no eran simpes humanos como se apreciaba, y tampoco eran demonios asi que desaparecieron de mi vista en unos instantes, descendi con gran salto hasta el suelo, varios de los que estaban a mi lado se sobresaltaron, pero volvieron a caminar, mire hacia atras y observé la tienda en la que habian entrado, tecnología, sonrei un poco y me fui andando en su dirección en zig zag con mis patines.

"En esta ciudad no hay runas... es bastante monotono" Pensé con tesidia, tampoco habia demonios, no habia nada.

*una sombra veloz se movio en la misma direccion que aquel angel, mucha gente comenzo a caer sin enteder, derepente agarre al angel con una mano en su bientre lebantandola hacia arriba y lanzandola a una azotea, desplegue mis alas y unas plumas ngras y balncas salieron, luego descendi con una enorme espada, de 1,90 m en mi mano y mire a aquella angel sonriente

-una pecadora, que escondida en el rostro de sus alas piensa que a sido absuelta de los pecados de su padre, pisa y respira mi aire... alabad al señor de la oscuridad por que el apocalipsis a llegado a tu alma


*dige mirandola desde mi posicion, me habia movido rapido, pero en mitad de inocentes no seria corriente discutir mi odio a aquellos seres

Caminaba con mi hermano hacia el centro cuando, por un cruel capricho del destino, quise saber cuantas mentes exactas se encontraban a mi alrededor, usando el escaneo mental noté millones de personas que se movían de aqui para allá, pero dos mentes no me pasan desapercibido, me centro en ellas con el ceño fruncido.

-Ey, Natsu ¿Qué te ocurre?¿Estás bi...?

Antes de que la otra sílaba salga de la boca de mi hermano he comenzado a correr, Nathan no tarda en alcanzarme y preguntarme que ocurre, no puedo contestarle, pues ni yo misma lo sé, llego a un edificio y entro con mi hermano de la mano, subo al primer ascensor que veo y pulso frenéticamente el botón de la última planta, una y otra vez, las puertas se cierran con un "clink" y el ascensor comienza a subir.

[color=red]-¿Pero que pasa?-pregunta un histérico Nathan zarandeándome.--¿Te ocurre algo?

Niego con la cabeza justo cuando la puerta se abre, salgo de allí como un torbellino y subo de dos en dos las escaleras que me llevarían a la acotea, cuando llego allí con mi mellizo, jadeantes y sudorosos ambos, solamente Yuuki parece estar en buen estado.

--¡Déjala en paz!--

Chillo al hombre que ya conozco de antes al verle con la chica...

OFF: Bueno según la nueva norma que encontrareis aquí (CLIK) el creador (Natsuki) de este tema habra de decidir si se sigue con la modalidad LIBRE o la modalidad CRONICO.

En el segundo caso el orden seria:

Natsuki
Rewind
Infernus


Disculpen las molestias

OFF: Crónico mejor, por lo cual le toca a Rewind ^^

Cruzando como una exhalación el centro de New New York, los pequeños parques artificiales y las calles abarrotadas voy yo, los transigentes miran mi paso mientras las botas chocan contra el pavimento de la calle, la capucha ha caído dejando al descubierto mi melena castaña que es azotada por el viento, el flequillo rebelde cae sobre mis ojos profundos como el fondo del mar del que heredan su color, llego al edificio que buscaba y subo de dos en dos los escalones, hasta notar mis miembros agarrotados y sin poder dar un paso mas recurro a las alas que nacen en mi espalda y podrían confundirse con suave algodón si no fuera por su perfecta pulcritud y la perfección de sus plumas.
Cuando finalmente llego a la azotea aterrizo con suavidad en el suelo y señalo con un dedo acusatorio al infernal.

--¡Deja a esa chica AHORA MISMO en el suelo! ¿me has oído? ¡¡no se te ocurra hacerle el mas mínimo daño!!--

Le miro desafiante, mis aparentes dieciocho quedan descartados por la sabiduría de mis ojos, que es un espejo de el dolor de los años vividos.
El odio se enciende como una llama, desearía poder usar mi agua para apagarla, sin embargo sé que no puedo y acarreo las consecuencias, alzo la barbilla, él solo es un poco mas alto que yo y despegando los pies del suelo logro llegar a su altura, no me gusta sentirme bajita, pese a ser de una estatura normal, miro a la chica y el chico que hay allí, indudablemente hermanos, y a su loba sin darles mucha importancia, mi mente inchada de odio irracional solo les dedica un pensamiento ¿Están conmigo o con él?

*baje mi espada y no me lance en ataque, la fina lluvia que acavava de comenzar a caer mojo suavemente el suelo, mire a la joven, la conocia, era Nat, la mestiza, una apoyadora del bien... no podia pelear, por mucho que odiara a aquel angel, suspire

-creeme que no saves bien lo que me pides... creeme... dejar vivir a un angel es la muerte del mundo... absorven la energia vital... cuanto antes se mate al perro antes se acavara la rabia

*dige con calma mirandola, no queria centrarme en el angel o me tendria que contener mas aun, pero mi rostro permanecia calmado y sosegado

--Pero no se puede acabar con una vida así como así ¿a caso te gustaría que te mataran por ser lo que eres?--

Replico con calma y una mirada seria, Nathan coloca una mano en el hombro y me habla mentalmente gracias al contacto telepático que hemos establecido.

<<¿Este es el tío del que me hablaste?>>

<<Si, este es él.>>

<<Debió ser difícil negarse a ir con él, parece persuasivo...>>

<<lo fue...>>

<<Gracias, lo perdí todo hace mucho, no sé que sería de mi sin ti...>>

<<No hay que agradecer.>>

Respondo con sencillez, miro al ángel brevemente, sin verla verdaderamente, pues mi mente esta centrada en la de Nathan.
Mi mirada se dirige a Infernus escrutándole con calma para decir.

--Me negué a ayudarte una vez, por mi hermano y por mi vida, pero nunca he querido hacerte daño, si hay algo que puedo asegurar es que no deseo mal alguno para ti, pero te pido que dejes dejes en paz a los ángeles.--

Coloco de nuevo un mechón de pelo tras mi oreja con sencillez, dejando ver una pequeña punta, Nathan me mira a los ojos asintiendo brevemente con la cabeza mientras Yuuki sin despegarse de él olisquea a la chica ángel, la lluvia moja mi pelo y hace que las ropas se me peguen al cuerpo, a mi hermano le ocurre lo mismo pero a él se le ve notablemente mas incómodo, al fin y al cabo yo estoy acostumbrada a la lluvia, pues me gusta mojarme.

*los rayos centellean en el cielo y mi mano se ilumino junto con mi espada, cerre los ojos y suspire, volvi a mirar a aquel angel, le hiba a atacar, y no se me podia detener, eso estaba ams que claro, pero como hacerla ver que devia morir aquel ser?

-ellos son los responsables de lo que me hicieron... ahora ellos se dispondran a morir... lo siento nat... pero ni tu, ni nadie podra detenerme... pues pagare con su misma moneda lo que me hicieron a mi, lo que le hicieron a mi raza... ellos seran cenizas en el viento muerte y destruccion... no hay vuelta de hoja

*alce mi espada, una enorme espada, una katana de 1, 90 cm

-lo siento... pero esto es entre ella y yo...

*aprete mi mano y un muro de fuego nos separo a mi y al angel de nat y su hermano

Llevaba toda la noche buscando el lugar descrito por su cliente, más concretamente, rebuscando en cubos de basura. Había empezado a llover hacía escasos minutos cuando pareció encontrarlo. De repente, una llama, iluminó la oscura calle desde lo más alto de un edificio cercano. Cogió aquello que había ido a buscar, lo guardó en un saco que llevaba consigo y se apresuró en averiguar qué estaba pasando.

- ¿Quién podría armar jaleo a estas horas de la noche? Sea quién sea, no es un buen vecino.-se dijo para sí mismo.

Se ató el saco a la cintura y desplegó las alas. No quería desperdiciar minutos andando, solo quería ver qué estaba sucediendo. Sabía que tenía prisa, pero la curiosidad no le dejaba ir en otra dirección. Tan pronto como le fue posible, llegó a la azotea, pero justo cuando iba a "aterrizar", el saco, el cual estaba un tanto descosido, decidió agrietarse y dejar caer el contenido. Así que fue en busca del objeto que tanto le había costado encontrar. Tras una larga persecución, Se volvió a dirigir a la azotea.

*apuntando hacia aquel angel indefenso con su larg espada algo le olio mal y el circulo se cerro explulsando al angel mas pequeño y encerrando en el al nuevo, el infernal desplego su ala blanca primero y luego la negra dejando caer algunas plumas, su rostro era sosegado y angelical, camino con calma recitando suavemente algo con musicalidad

-los pecados del padre seran redimidos por los hijos y el rostro del cordero en realidad sera el dragon de 7 cuernos escondido bajo una falsa mascara de dolor y de sed de readicion... llegando el apocalipsis, un caballeron negro salio llamado muerte y atrajo tras de si el abismo donde los angeles caerian por siempre...

*su espada larga rasgo el suelo dejando un surco echando chispas y esta le paso a centimetros del pecho cortando un poco de ropa, luego la punta se coloco en la garganta del Angel

Se sintió inútil ante aquel ente demoníaco, pero recordó que los celestiales habían exterminado casi por completo la raza de aquellos apestosos seres, así que se armó de valor y apartó la katana que le rasgaba el cuello con su propia guadaña. No parecía estar en una situación ventajosa, pero por lo menos, no iba a esperar mientras veía como iban a acabar con su vida.

- Di lo que quieras, pero acabo de salvar a aquel pobre ángel de la desgracia de morir a tus manos. Debo sentirme orgulloso por ello.

Atacó el filo de la espada con la guadaña, separándola de su cuerpo y escapando de la muerte. Se alejó cuanto pudo. No podía dejar que acabaran con la vida de un inocente, así que se preparó para el ataque, aunque su intención no era luchar.

-Deja a estos pobres muchachos y lárgate. No permitiré que hagas daño a alguien indefenso. Es de cobardes atacar por la espalda.

*sonrei ladeando la cabeza, mis alas una negra y otra blanca permanecieron estendidas, su cabe mas aun de lo que estaban, camine hacia el angel y murmure para que me ollera

-y el dragon de 7 cuernos bajo del cielo probocando el dolor y la mujer pario un hijo que rapido fue al señor y este se lo entrego al dragon para que lo devorara....

*chasquee mis dedos y un enorme cumulo de rocas de fuego descendio sobre el angel

-y el cielo quebro dejando caer las montañas encima

*dige arrastrando mi espalda caminando hacia el angel