Llegando a la plaza.

Las Vegas... ¿como había llegado allí?, poco recordaba, en realidad, no queria recordarlo, las heridas le dolian aún, suspiro, siguio caminando. si figura se recortaba ante las luces estrafalarias que lelnaban el lugar, no le gustaba, estaba acostumbrada a su pasado o al presente... o al presente del pasado, o lo que fuera en este instante, ya ni siquiera lo tenía claro, aunque seamos realistas a estas alturas, ya nadie sabe bien donde vive ni de donde viene... bueno al menos los humanos.

la cabellera roja se mecia al ritmo de sus pasos, su miraba ocilaba entre puesto y puesto, hasta que ante sus asombrados ojos,e contro una tienda de música con un precioso violin que se asemejaba al Violin rojo del que tanto hablaban las leyendas, se quedopegada a la vitrina mirando en silencio.

- bellisimo...-dejo escapar entre sus labios distrida

Seguía videando cada puesto, por si había alguna cosa interesante o algo. Necesitaba algunas provisiones para el futuro, así que no venía mal tener algun accesorio o complemento.
Afortunadamente, aquella plaza tenía un montón de cosas, entre ellas una tienda de animales, de armas, de música...

De repente, observé cómo una chica miraba fascinada la tienda, hacia un objeto en particular que no lograba dislumbrar.

-Vaya, la tienda de Música parece interesante... -dije con una medio sonrísa, hacia que mis pasos ivan hacia el escaparate igualmente. Me puse al lado de la chica con discreción, cómo si nada. Y ví un violín bastante magestuoso, con el color rojo de el fuego.

-Interesante...-dije bajando la voz. Se veía que a la chica le gustaba aquel violín, o que le sorprendía tal objeto. Eso quería decir que muy provablemente le guste la música... pero... ¿porque me he tenído que fijar en ella? Es una mujer bella, sí, pero... tiene algo.

Ensimismada imaginando el tipo de sonido que tenia y preguntandose si podria ser uno de esos Stratuvarius, puso su mano en el vidrio recorriendo la figura del violin levemente meintras en su mente mantenia notas músicales.
Depronto sintio que no estaba sola, una precensia a su lado la hizo vovler de su ensoñación giro la cabeza viendo como un chico de rojizo cabello parecido al de ella miraba el violin, sonrio levemente y concentro su mirada en el durante unos segundos para vovler a ver el violin.
sumida en sus pensamientos miraba aquel objeto, hasta que vio el precio, bajo su mirada decepcionada. lo que tenia no era lo suficiente para obtenerlo.

- Seguro es uno de ellos- suspiro fastidiada y elevo la vista hacia el chico nuevamente

Seguí contemplando el violín y a la chica, se veía con tintes más serios y tristes, aunque estaba muy impresionada sobre el instrumento. Me guardé las manos a el bolsillo y la miré a ella, con un gesto de caballero.

-Señorita... ¿puedo ayudarla? -no tenía ni idea de violines, pero me parecía interesante entablar conversación con ella.

La chica sonrio mirando al joven, se separo de la vitrina donde se encontraba el violin girandose hacia él.

- no creo... ademas... solo debo juntar dinero ¿no?- Ilyria respondio sonriente mientras que se acomodaba la Katana a modo de que cruzara su Cadera, y luego arreglo sus guantes

-Ah... quieres comprar aquello... -dije con una amable voz.
Miré el precio de el violín y abrí los ojos. Eso era demasiado.
-Vaya, pues sí que es caro el maldito violín... -me arrasco la cabeza y la miro. Podría darle algo, como lo haría un caballero, pero no tenía ni para la mitad.

Ilyria sonrio viendo su reacción "que agradable"sonrio mientras pensaba, se adelanto unos pasos y tomo su barazo en la parte de su codo.

- Tranquilo, esta fuera de ambos presupuesto, aunque los juntemos- sonrió mientras miraba el violin, si queria uno de ellos debia trabajar, por ahora se conformaria con lo que encontrara.
volvio su mirada hacia el chico nuevamente.

- eres de por estos lares?-

-La verdad esque parece un objeto interesante y antiguo... normal que no dé para los dos.

Pensé que ese violín debía de ser bastante famoso o antiguo, no estaría mal tenerlo. Para ello... no me importaba aliarme con aquella chica para conseguirlo. ¿Que mejor manera de pasar los tiempos éstos que ayudarla?

Negué con la cabeza a su pregunta.

-No, no... soy de una aldea, bastante lejos de aquí. Probablemente ya esté fuera de el mapa, fué cuando se vivió aquellos tiempos de guerra. -la miré con una sonrisa, y la hice una especie de reverencia. Cogí su mano.

-Pero que desdichada coherencia de mi parte, no preguntaros el nombre... Mi nombre es Edge, Edge Nightcrawler. ¿Y vos? ¿Como os llamais? ¿Sois de por aquí? -la miré amablemente.

-si es un objeto precioso, se ve que es antiguo... uno de los más preciados violines que existen... pero como dije, es muy caro - Sonrio mientras lo miraba, de pronto su mano fue tomada por la del chico, Ilyria lo miro y uan extraña sensación de ocnfianza la embargo mientras este se presentaba y hacia una reverencia.

- encantada de conocerlo Edge Nightcrawler- hiso una pequeña reverencia mientras lo miraba y sonrio - y no, no soy de por aqui... pertenesco al mundo que me rodea, sin lugar fijo... en otras palabras soy una errante y sobre el nombre... Ilyria... ese es mi nombre- ¿Porque habia revelado su real nombre?, no lo sabia, tal ve por la extraña sensación de extrema confianza que ese chico, Edge le transmitia

Beso su mano.
-Encantado por mi parte, bella Ilyria... -sonrío, y le miro de una forma agradable.
-Así que sois una errante, una persona de mundo... en cierto modo, eso es muy interesante. Eso es justamente lo que hago yo en éstos tiempos, situarme en algún sitio pacifico y acampar a mis anchas...

Guardo mi barra neutralizadora de electricidad en mi espalda, ya que no necesitaba la presencia de ella. Miro alrededor y toda la gente que pasea locamente.
-Bién Ilyria... ¿te gustaría tomar algo en alguna posada de por aquí? Así podremos hablar tranquilamente. -dije arrascándome la nuca.

- así es le mundo es mi hogar, soy una errante... practicamente una errante neuva, pero errante al fin y al cabo- Ilyria sonrio mientras miraba al chico

- pues si, me gustaria, a decir verdad, no estoy acostumbrada a esto de tanta gente- Ilyria miro a sua lrededor las luces parecia molestarle- ¿conoces algun buen lugar?

Negó con la cabeza, mirándo alrededor.
-Que va... a decir verdad, no conozco de nada éste sitio. Así que tendremos que ir sobre la marcha. Además, éste sitio tiene miles de cosas, seguro que no nos es dificil encontrar lo que queremos.

Dije con una sonrisa amable hacia Ilyria, y empecé a caminar a su lado, mirándo cada escaparate y cada rincón.

Ilyria comenzó a caminar al lado de Edge meintras miraba a sua lrededor, el era realmente era agradable. se puso una mano dentro del bolsillo de su pantalon y la otra colgaba libremente alrededor de su cuerpo.

- si tienes razón, este lugar esta tan lleno que algo interesante puede haber- sonrio caminando a su lado -A todo esto...¿Que queremos?-

-Una copa, ¿no? -dije riendome mirándola, guardando mis manos en mis bolsillos.
Después de unos breves segundos, terminé la frase.-... y algo de pasta. -dije haciendo el signo de el dinero con los dedos.
Iva caminando lentamente cuando ví una pequeña posada en la plaza, no era muy grande, pero se podía estar, al no haber nadie a su alrededor.

Ilyria asintio mientras caminaba, sonrio volteando su mirada a la posad.

- Entremos alli, seguro podemos encontrar algo para tomar- dijo mientras puntaba con uno de sus brazos- y personas con quienes apostar... despues de todo, estamos en las Vegas, venir y no apostar, seria pecado capital- Sonrio mientras tomaba del Brazo a Edge y lo llevaba hacia la posada, estaba emocionada, nunca en su vida habia apostado, con extraños cosas reales, una sensación y experiencia nueva... sonrio ansiosa meintras se acercaban

-De acuerdo pelirroja... entremos pués a saciar nuestra sed y a conocernos mejor. Luego ya apostaremos, no te preocupes. -digo mientras andabamos hacia la posaba que notaba el brazo de Ilyria.

Entramos y el sitio era bastante acogedor. Tenía una pequeña barra donde estaba al posadero, y un gran minibar con especias y bebidas atrás suyo. A la derecha, había unas mesas de un estilo barroco impresionante, había pocas, pues el sitio no era muy grande, y en verdad, sólo había un par de parejas que no hacían nada de ruido y un hombre en la barra emborrachandose. Había en el frente, unas escaleras que supongo que se iría hacia las habitaciones.

Nos acercamos a la barra y le cedí el sitio a Ilyria con una sonrisa. Me senté al lado suyo.
-¿Qué quieres tomar? Dejame invitarte. Me sabe mal que una chica cómo tú tenga que pagar estando yo cerca. -sonrío- además, alguien tiene que quedarse con bastante dinero para luego forrarnos.

"¿Pelirroja?... nunca me habían llamado así... de todas formas... Tú también eres pelirrojo!!!"pensó mientras lo miraba cuando Edge le dijo pelirroja, sonrio, mientras asentía ante los demas comentarios de saciar su sed, que por cierto era mucha, y conocerce mejor.

Entraron al lugar e Ilyria dedico unos cuantos segundo a admirar el lugar y la decoración, y aliviada sonrio de que no estuviera tan llena como afuera. "por fin, algo de tranquilidad", se dijo a si misma mientras avanzava con Edge.

Al llegar a la barra, tomo asiento, sonrio y con un movimiento de cabeza le agradecio a Edge su gentileza, mientras lo seguía con la mirada hasta que este tomo asiento a su lado.

-Pues... quiero un zumo de Frambuesa...-elevo una sonrisa meintras miraba a Edge - Pues, podria haberme negado a que pagaras mi parte tú... pero me siento accesible el día de hoy, y tienes razón, uno de nosotros debe tener dinero para más tarde- respondió con una sonrisa

-¡Pónme otro San Francisco camarero!- dije, con una gran carcajada.
Esa ciudad llena de luces, colores, música y juego me había absorbido por completo. Y aquél bar era un lugar atípico para mi. Sin peleas, un ambiente cálido y acogedor y muy buena mercancía. Miré a varios muchachos del lugar con una pícara sonrisa. La bebida que había pedido corría a cuenta de un chico del fondo, que levantó la copa cuando le miré con una sonrisa de agradecimiento.

Y a pocos pasos de mí, se había sentado Phoenix, la muchacha con quien había compartido una extraña noche en un bar. E iba muy bien acompañada. Un muchacho muy guapo. Pero , ¡tsk! Era pelirrojo. Por culpa de Matt, había cogido fobia a todos esos muchachos de cabello del color del fuego.

Dí un largo trago a mi bebida y de un grito, saludé a la muchacha. No pensaba moverme del sitio, pero sería descortés no saludarla.

-¡Phoenix! ¿Qué te trae por aquí, bonita?- esperé a su respuesta con una amplia sonrisa. Pintaba bien la jornada.

ni bien habái acabado de responderle a Edge cuando sintio uan voz familiar detras suyo "Katherine", penso mientras bajaba la mirada, y recordo depronto que Edge sabía su real nombre, se acerco a él agachandose junto a su oido.

- Te importaría llamarme Phoenix mientras esta ella?- susurro al chico que la acompañaba, para luego voltearse y ver a la elfa sentada en una mesa más allá.

-Hola katherine!-saludo desde su posición elevando una mano

Asintió a Ilyria, mientras sonreía a la recién llegada, levantando la cabeza apesar de n oconocerla. Ellas dos se conocían, pero no tan bien cómo para no llamarse cómo deberían.
-¿Por que demonios... me dijo su verdadero nombre y a ella no? -pensé.

Cojo dos pintas que me dió el camarero, le pago, y le pongo delante la pinta a Phoenix. Tampoco iva a hablar demasiado, pues tendrán ellas mucho que hablar.

-Me alegra verte por aquí, y en tan buena compañía- me reí, guiñándole un ojo al muchacho, dejando que luego una pícara carcajada cortara mi hilo de conversación. Sorbí de nuevo la bebida, intentando que no me subiera mucho el alcohol. Al final, decidí levantarme, llevándome mi copa conmigo, y me acerqué un poco más.

-Te hemos hechado mucho de menos- puntualicé el hemos de una forma muy concreta, susurrante -Por cierto, conociste al tarado de Will, ¿verdad?- le pregunté, con un profundo suspiro, sin perder la sonrisa -Espero que no te enseñara los dibujos que me hizo sin permiso. Por aquél entonces, aún tenía el pelo largo.

Le tendí la mano al chico, a modo de presentación.
-Mi nombre ya lo has oído, soy Katherine. Encantada de conocerte- musité, con mi tono más suave. Saqué un cigarrillo y lo encendí.

-¿Habeis venido a apostar?- mascullé, mientras encendía el tabaco. Miré la marca de cigarros. "Red Smoke..."

"Qué patético, incluso fumo el mismo tabaco que él"

Phoenix sonrie mirnaod a Kath mientras hablaba, el "hemos", le produjo cierto nerviosismo.

- Pues si lo conoci, me lo encontre un día que vagaba, para variar, - contesto a la pregunta sobre si habia conocido a Will- y... si me mostro los dibujos- rio burlona meintras recordaba aquel bloc.

-Y sobre la comañia, si, es buno tener a alguein con quien compartir- sonrio mirnaod a Edge

Sonreí a la chica y le cogí su mano educadamente.
-Encantado Katherine... mi nombre es Edge Nightcrawler, pero llámame simplemente Edge. -pongo media sonrisa y miro a Phoenix igual.

Llevo mi mano a la pinta, y la otra a el bolsillo, ya que se me iva a caer el paquete de cigarros de el pantalón.
-Vaya, menuda paradoja se ha combertido ésta... yo también conozco a William, creo que sé quien decís. -las miro, arrascándome la nuca- ¿Apostar? Claro, nunca biene mal mucho dinero... encima, si estás con buenas compañías, mejor.

Las guiñé el ojo a ambas y después reí, mientras miraba por la puerta quienes entraban y salian en ése momento. Me dió por mirar el cigarro de Katherine.

-"Red Smoke tambien?... ya tengo a quién pedir, por si se me acaban" -pensé, riendome hacia dentro, de aquella pequeña broma.

-¿Tu también conoces a Will? ¿Al elfo de perilla de chivo?- mis ojos se abrieron de par en par, y me lo quedé mirando.

-Qué mala suerte tienes entonces, Edge. Al igual que Phoenix. Conocer a ese tiparraco implica, como poco, un serio percance de consecuencias casi inmediatas.

Tras dar una profunda calada al cigarrillo, sonreí ante las palabras tanto de Phoenix como de Edge. Expiré el nocivo aire y me levanté de la silla, agarrando suavemente el brazo de cada uno con mi mano.

-¿Quereis pues venir a jugar un poco al black jack? ¿Tal vez a la ruleta? Mi oro empieza a escasear y no me iría mal comprarme ropa buena. O por lo menos, algo más femenina- me carcajeé, dando una nueva calada. Luego miré a Edge. De su bolsillo, asomaba un paquete de cigarros de la misma marca que los míos. Le sonreí y le acerqué el tabaco a los labios, soltando un instante a Phoenix.

-A alguno de los dos...¿os apetece una caladita antes de probar nuestra suerte?