Llegando a la plaza.

Miro a Edge mientras tomaba su vaso y le daba un sorbo a su trago.

- No creo que hablemos del mismo Will, Kath se refiere a un elfo, como tal dijo, no a William el duelista- sonrio con algo de dolor mientras se pasaba la mano por la cintura, recordando el enfrentamiento.

- Pues yo no fumo, pero con KAth haciendo de chimenea elfica, basta y sobra para "fumar"- sonrio levemente mientras miraba a su compañera.

-Ahora sobre lo de apostar, claro que iremos, pero primero, beber, ademas KAth, no creo que seas del estilo de ropa, "femienina" ¿no?,- sonrio preguntando, mientras la miraba, KAtherine la elfa guerrera, qeu de guerrera lo tenía todo y de elfa... las orejas

Pongo morritos como disculpandome, y niego con la cabeza.
-Efectivamente, no estamos hablando de le mismo... ya decía yo, pues el William que conozco no es ningún chivo y no es tan "malvado". -me río y luego me aerco más a ellas- ¿qué es lo que hace ése Will?

Después de preguntarles, miro a Katherine con el paquete de cigarros ofreciéndome uno. Lo cojo con amabilidad y le guiño el ojo, mostrandole mi gratitud. Me lo llevé a la boca y encendí el cigarro con mi mechero. Me sabía a los míos, pero tenía una "fragancia", será el olor y la esencia de Katherine Elfa. Sonrío a Phoenix con el cigarro en la boca, apretándo mis dientes al cigarrillo.

-Me encantaría apostar, hermosas damas... creo que la suerte me va a sonreír, lo auguro desde hoy mismo. -las sonrío a las dos y doy la espalda a la barra, apoyándome en ella.

- Mi pequeño, adorable pero viejo amigo Will Zerioss se dedica a dar por saco con su moto, las cervezas y las mujeres. Es un juerguista y un buen colega- sonreí al recuerdo de mi amigo, y le guiñé un ojo a Edge -Pero puedo asegurar que tu compañía es en estos instantes mucho más grata que la suya.

Agarré su brazo y luego el de Phoenix de nuevo, una vez apagado ya el cigarrillo. Tiré suavemente de ambos, indicándoles el camino hasta el casino.

Mientras caminábamos, me quedé embobada mirando con cierta envidia las cabelleras rojizas de mis acompañantes. Odiaba a los pelirrojos de forma irracional. Pero al fin había encontrado a dos personas que habían aplacado mi odio para convertirlo en sana envidia.

Las luces del casino brillaban al fondo del sendero

Phoenix logro dar un ultimo sorbo de su vaso de zumo, cuando se sientio tirada por los brazos de la elfa, a duras penas logro dejar el vaso en la barra meintras la seguia para no caer. Al otor lado de Kath estaba Edge, elevo la mirada y sonrio, para luego por fin tomar el ritmo que la elfa llevaba.

-Y que tienes en mente para jugar?- pregunto mientras caminaban hacia el casino

Sonreí ante las palabras de Katherine, y le dediqué una mirada amistosa a Phoenix.

Cuando me quise dar cuenta, ya estabamos yendo hacia las salas d ejuegos y apuestas, aún yo con el cigarro en la boca entre dientes. Miraba aquello; era una zona iluminada, millones de luces la rodeaban. Pero más me causó plcer la llegada de un olor y fragancia de dinero y fama. Empiecé a recorrer con la vista todos los puestos de juegos del casino.

-Un buen día para ser felices con el dinero que ganaremos, señoritas. -las dije a ambas, ya teniendo una ligera idea y positivando el asunto.

-Espero que tu profecía se cumpla, Edge- le sonreí con suavidad, puesto que estaba muy alegre en ese momento. No había malicia que mostrar.

Los solté y abrí la puerta. Dejando el petate y el arma, me dirigí al baño a cambiarme de ropa. No me apetecía que me llamaran la atención por vestir la armadura en un casino. Por una vez, no tenía ganas de pelea, si no de juego. Me enfudé en un corto vestido azul y salí a dejar mi armadura con el resto de cosas.

-¡Os espero en la ruleta! ¡Hasta ahora!- me despedí con una gran sonrisa y corrí hasta la mesa en la que una preciosa bolita plateada giraba sobre negro y rojo.

A mi turno, apostaría por el 13 rojo.

el rostro de Phoenix al ver a Katherine en un vestido azul... se desmorono, era la unica palabra para ello... Movio su cabeza mientras entregaba su katana con recleo al encargado del lugar. tomo su turno en el baño y se cambio de ropa por un vestido negro ajustado, con unos guantes de igual color, pero que dejaban libre sus manos, eran más unas mangas que unos guates, se miro lso brazos envueltos en quella tela y sonrio algo incomoda haciendoselos mas abajo, en lamano derecha la quemadura era más visible, acomodo el pedazo de tela de tal manera que cubriera parte de su mano y salio entregando su ropa al dependiente, se volvio a aocmodar el largo del vestido y osnrio mirando a Edge.

-Eres el unico que no debe cambiarse- sonrio comentando mientras acariciaba su rojo cabello a espera de sua compañante

-Ciertamente es así, además, los trajes se llevan bien, éste es muy cómodo... -me aguanto el cuello de la camisa mientras miro como se va andando Katherine y como me observaba Phoenix. Silvé un sonido de extravagancia y belleza
"Fiu Fiuuu" y les sonreí, mientras le dejaba a el encargado mi Barra Neutralizadora.

Pongo el brazo hacia delante, con el codo hacia un lado, para que Phoenix me cogiera de él, cómo un verdadero caballero. Teniamos que pareces turistas normales, solamente gente que queria ganar dinero, y no simples humanos con un pasado tormentoso. Quería pasarlo bien con aquellas chicas, mientras andaba por el casino.

Phoenix sonrio y se encamino hacia Edge.

- Las ventajas de estar acostumbrado a vestir de esa forma, a mi o a Kath, tal como la vez, no podriamos, sobre todo ella, vestidos como este, estorban al momento de la batalla - sonrio meintras se tomaba del brazo de Edge, noto como la mango subia un poco, la bajo con cuidado, Si, se había vuelto una preocupación, miro con una sonrisa en los labios a Edge. - Vamos mi distinguido caballero?-

-Así pues...

La dije mientras acomodaba su brazo a el mío, y reí levemente. LA verdad, esque aquella chica me resultaba graciosa y realmente, me sentía muy bien con ella. No tenía porque pensar en los estúpidos que se dedicaban a hacer tonterías. Ésto son las Vegas baby, aquí sólo cuenta el divertirse y ganar dinero.

Caminé con Phoenix hasta la zona de Póker, dónde allado estaban las típicas máquinas tragaperras para ludópatas.

-Si me permite señorita... ¿querría apostar su belleza en el póker? -la digo medio bromeando, con una sonrisa en la cara. estaba clarísimo que no era un caballero, era demasiado vago y suelto, demasiado barriobajero... pero, me encantaba hablar así con ella. Mientras, veía por el fondo a una silueta que suponía que era Katherine.

Caminaron juntos a la mesa de Poker, la gente se volteaba a verla, cosa qeu poco a poco comenzaba a ser parte de ella.

-Claro.. ¿porque no?- respondio en el mismo Tono que Edge meintras se separaba levemente de el para buscar lugar en la mesa, giro su cabeza y allá estaba Kath y su vestido azul, sonrio divertida, seria algo extraño de contar a Will o a Dellios, sonrio volviendose a Edge.

-Usted mi caballero... apostara su hombria?-

"Me parece que hoy es mi dia" sonreí mientras uno de los camareros -que por cierto, no pude evitar quedarme mirándolo, era guapísimo- me traía otra copa ¡gratis!. Por supuesto, me cercioré que la copa venia pagada, puesto que de no ser así, habría sido un problema para mis escasos ahorros. Suspiré y vi a Edge y Phoenix caminando juntos.

Estaba eufórica, me lo estaba pasando realmente bien, así que en vez de fruncir el ceño ante la familiar actitud de Edge hacia Phoenix -pues pensando en Dellios, no pude evitar sentir cierta punzada de ira contra el muchacho- les sonreí, radiante.

Al fin y al cabo, yo no era la más indicada para juzgar ninguna acción. Yo misma había intentado algo así -en captar la atención de alguien-, a espaldas de Azhian. Aunque no sabía si eso le molestaría a mi "querido" maestro, puesto que realmente creo que más que otra cosa, soy su mascota o conejillo de indias. Frustrante. Sencillamente frustrante.

Yo me estaba dejando sobornar por completos desconocidos que me pagaban las bebidas. Así que en ese instante, la que tenia mala opinión sobre mí era yo misma.

-Veinte al trece rojo- aposté, mirando al crupier con una encantadora sonrisa. Más de uno a mi lado se sorprendió.

-El trece...- murmuró una mujer, completamente contrariada por mi apuesta.

-Sí, el trece. ¿Pasa algo, querida?- contesté yo, sin perder la sonrisa.

-Ese numero hace que no toca como unos...¡una eternidad!- protestó, mirándome como si estuviera loca.

-Doblo la apuesta- dije, con una sonrisa aún mayor -No tengo nada que temer entonces. Soy desafortunada en amores, tengo que tener suerte en el juego por cojones.

La bolita paró en el trece rojo. A la indicación del crupier, tomé mi dinero y sonreí a los escépticos, encaminándome hacia mis dos compañeros.

-¡Me habeis traido suerte!

Miré a Phoenix con una reverencia.
-Por supuesto que sí, para eso estamos...

Me senté en la mesa de apuestas de el póker junto a Phoenix, dispuesto a cojer fichas cuando de repente oímos por detrás nuestro:

-¡Me habeis traido suerte!

Era Katherine, con una pila de dinero. Puse una sonrisa en mi boca y alcé la ceja.
-¿Ves? Parece que nosotros tenemos algo bueno... -empezó el crupier a lanzar cartas y repartirlas- ...tenemos suerte, y ahora es mi turno de demostrarlo.

Miré mis cartas. Me había tocado una baraja bastante buena.

Acomodada al lado de Edge, sonriente, el crupier barajaba cartas, cuando Phoenix sintio el grito de alegria de Kath, se sobresalto levemente y se giro a ver a su elfica amiga.

-Es tu noche querida- sonreía, meintras se giraba y tomaba las cartas de la mesa- ahora veamos que tal va la nuestra- sonrio familiarmente mirando a Edge, mientras inspeccionaba las cartas. No eran del todo malas pero... Definitivamente podrian ser mejores, miro de soslayo las fichas que habian frente a su regazo, y volvio la mirada a las cartas pensativa

Me los quedé mirando y esperé a que mostraran sus cartas. Me aburría pero debía esperar pacientemente, puesto que no se me ocurría otra cosa hacer. Busqué en mis bolsillos el tabaco. Pero ¡Alas! no llevaba bolsillos. Era por eso que no me ponía nunca un vestido. No eran nada prácticos.

Esperé a que mis acompañantes apostaran y mostraran sus cartas, deseándoles suerte con una alegre sonrisa. A ver si hay suerte.

Phoenix seguia observando sus cartas, mientras que lso demas jugadores, apostaban aumentaban la cantidad de dinero, Phoenix suspiro y tomo un manojo de fichas.

- Igual tus 50 querido- sonrio mirnado a Edge, mientras baja sus cartas a su pecho y movia las fichas al centro de la mesa. "creo que la suerte no esta de mi lado hoy", suspiro meintras le hechaba una nueva ojeada a sus cartas, y planificaba la mejro manera de no salir tan mal de la situación.... "ahora recuerdo porque deje de juagr estas cosas", se dijo a si misma mientras miraba a su acompañante. que apesar de que se mostrara "con terror", no podia evitar la sonrisa en la cara. "Al menos mi dinero se ira con alguien a quien conosco", sonrio levemente

Me quedé mirando atónita la buena mano que poseía Edge. Un tipo con suerte, sin duda alguna. Y echando una ojeada rápida a las caras del resto de jugadores, pude percibir que desde luego, mi compañero llevaba las de ganar. Alguno de ellos fanfarroneó y subió la apuesta. Pero era un farol tan claro que me sorprendió que osara hacerlo.

Así que miré con una torcida sonrisa a Edge, me agaché a su oído y le susurré mi conclusión, birlándole el cigarro y remplazando su ubicación, degustando entre mis labios el amargo y a la vez placentero sabor que desprendía.
-Desplúmalos, anda- musité, y tras apartarme de su oído, solté una carcajada. Habría apostado mi virginidad -si aún la tuviera- a favor de Edge y su baraja. Y la habría conservado.

Cuando mi mirada se clavó en Phoenix no pude más que desearle mejor suerte en la próxima mano o juego de azar. Lo merecía.

-Conseguiremos comprar ese violín, te lo aseguro.

Asentí a Katherine, despues de una sonrisa por birlarme el cigarro. No era de las pocas veces que una mujer me sorprendía con algo tan simple. Miré seguidamente a Phoenix y asentí igual, quería tambien que obtuviera el violín, aunque ganara yo.

-Yo no voy... -dijo un pobre diablo, que suspiró y miró con recelo la apuesta de aquel loco.

Sonrío el personaje que me daba competición. Miré a sus ojos... ¿realmente tendría algo mejor que yo? De todas formas, seguí apostando más.

-Le sumo 35.

Era una apuesta, en la que podría causar confusión. Guiñé el ojo a Katherine sin que nadie me viera, porque sabía lo que tenía en mi mano.

"Maldito bocon de Will, seguro fue él el que menciono lo del violin, ¿quien más si no él?, despues de todo, a nadie he mencionado, de ellos claro, que deseo ese violin" suspiro meintras miraba como edge acercaba 35 más, un jugador se había retirado, y Phoenix sonrio levemente, mientras acomodaba sus codos sobre la mesa, noto como parte de la quemadura se veía, se apresuro a esconderla bajo la tela de aquellas mangas de terciopelo, y adelanto otro poco de fichas, luego de eso no jugaria más. al menos no poker.

-Te igualo querido-, no se le ocurria nada más y tampoco andaba con animos de pensar, la tela rozaba sus heridas y le incomodaba. debio haber esperado unos días más pero no lo hizo, suspiro y otro tipo al extremo de la mesa declaro

- Le sumo 45 más...- sonrio socarronamente, provocando que Ilyria se sientiera incomoda e insegura

Solo me quedaba esperar, a ver la jugada del resto. Otro jugador se sumó a la apuesta. Demasiado serio. ¿Iría de farol? No podía comprobarlo, ya me habían visto con familiaridad hacia mis dos acompañantes. Me mordí el labio, frustrada.

"¡Que se acabe esta dichosa partida de una vez!" supliqué mentalmente, deseando que alguien se alzara vencedor de una dichosa vez.