Dando una vuelta

OFF: Bueno según la nueva norma que encontrareis aquí (CLIK) el creador (Kire/Nina) de este tema habra de decidir si se sigue con la modalidad LIBRE o la modalidad CRONICA.

En el segundo caso el orden seria:

Kire/Nina
Infernus
Orion
Natsuki
Neith

Disculpen las molestias

OFF: Cronico

Despues de la escenita montada con aquel chico y despues de ver como se llevaban al alborotador medio agonizando, lo último que se esperaban era que apareciera otro individuo con ganas de guerra. Las dos, aunque intentandolo ocultar, soltaron una risilla al oír las palabras del recien llegado, pues nunca se hubieran imaginado encontrarse a alguien que anunciara así su llegada, y menos que despues de anunciarla pidiera a los presentes que se postraran ante él, el proximo dominante del mundo. Despues de aquello, lo del chico y el beso tampoco les pareció gran cosa.

Aún más cuando el chico, el cual aún no se había presentado, tiró al suelo a Nina con tal de protegerla y hizo aquel hechizo protegiendolas a todas. Al fin y al cabo, ese chico no era tan frio como se pensaban.

-No... En absoluto.-le dijo Nina al oír su disculpa.- Es más, no me hubiera importado nada que hos hubieseis caido sobre mi...- le insinuo aceptando su ayuda y levantandose al lado del chico.

-Ya salió la vivora, ¿eh, gemelita?-le pico Kire riendo y acercandose también al chico.- Pero ahora lo que más me interesa es saber el nombre del que no sabe usar las puertas.

-Si... Tienes razón.-le apoyo Nina.- Parece que ha alborotado esto bastante más.

*fue como lebitando y se paro en primera instancia ante la mestiza que gritaba y miraba con rabia, que tiempo despues tendrian otros encuentros, el lo presentia en su interior, coloco su mano sobre la cabeza de esta con calma y sonrio con rostro angelical

-las acciones valientes no tienen cabida en estas paredes, bajo este cielo de sangre y dolor, pues no busco guerra, sino mi propia paz, y a la vez la vuestra propia

*la hice una cruz invertida en la frente con mis dedos como si la estuviera santiguando y pase a su lado suavemente, me acerque all ferico y a las 2 vampiras y cogi las manos de ambas damas besandoselas con suavidad, volvi a mostrar mi hermoso rostro sonriente y mire a aquel hombre saludando

-poderoso ferico a mis ojos as de ser y hermosas y fuertes gemelas vampiras caminais en estas tierras entre la vida y la muerte, sois especies vendecidas por la luz de mi ser...

*hice otro gesto y pase a la ultima y mas pequeña de las chicas a mis ojos y mi rostro angelical se torno serio

-un angel... muerte y destruccion no mereces mas... mas tu corta edad salvara tu cuerpo de la definicion de la muerte y de las llamas del aberno por ahora... al no ser de que tu rindas pleitesia a mi obra

*dige sonriendo de neuvo angelicalmente ofreciendo mi mano recubierta de aquel fino guante

-unete a mi obra purificadora y salvaras cuantos angeles desees

Sonreí al oír el comentario de Nina, y le respondí:

-A mi tampoco me hubiera molestado caerme encima de ti o de tu hermana, pero mejor dejemos ese tema para mas adelante.

Al acabar la frase vi como el recién llegado se acercaba nosotros, y nos soltaba todos esos piropos, que se creía que por cuatro palabras bien dichas olvidaríamos que casi nos mata con una lluvia de cristales, vi. como también hablo con Natsuki, y final mente con Neith a la cual hablo sin respeto alguno por ser una angel, sin pensármelo ni un segundo fui esta el tío y cogiendole de el hombro lo gire haciendo que este me mirara de frente, en ese mismo instante saque mi revolver de dentro mi abrigo y poniéndolo apuntando a sus sienes le dije:

- Tu de que vas llegas aquí rompes el techo encima te crees que somos tontos piensas que por cuatro palabrejas de alojio se nos olvidara que casi nos matas, y amas bienes y le hablas mal a esta niña por el hecho de ser un ángel, mira tío telo diré bien claro.
Primero cuando llegas a un lugar se entra por la puerta y con un hola vasta.
Segundo antes de pedir cualquier cosa por absorba que sea te presentas si no conoces a nadie.
Tercero no trates de tontos a los presentes ni les faltes el respeto por ser de otra raza o es que aquí alguien te echa en cara que tu seas un maldito infernal.
Y cuarto y mas importante tu pagas la reparación.
Dicho esto ahora di quien eres y que quieres.

Respire hondo y baje mi arma pero aunque no se notara yo seguía en guardia ese tío no me inspiraba nada de confianza ni un pelo, pero prefería demostrar que por lo menos yo tenia algo de educación.

Tras todos esos signos me quedo con los ojos muy abiertos, me revuelvo el pelo para volvermelo a colocar con rapidez y me acerco a pasos agigantados a la adorable Neith.

--Ella es un ángel ¿y qué? no puedes llegar y amenazarla porque si, ni puedes ni debes, así que escúchame bien, si ella desea unirse a ti que lo haga, pero no se te ocurra llegar y soltarle así como así que no merece mas que muerte y destrucción, pues eso es una sucia mentira.--

Alzo la cabeza, desafiante, tras unos instantes mi mirada se centra en el feérico.

--Pues para ser sincera, estoy con él, excepto en una cosa ¿qué tiene de importancia la reparación si casi nos mata?--

Pregunto aún cerca de Neith, por si acaso.

Nina respondio al comentario del chico con una sonrisa picarona y se lamio los restos de galleta que quedaban alrededor de su boca acercandolos a su lengua con un dedo, todo de manera provocativa. Despues, las vampiras escucharon sorprendidas los alagos que ese recien llegado les dedicaba a todos, y más especialmente a ellas. Aún su sorpresa, ninguna de las dos estubo muy comoda cuando el chico de pelo largo les daba un beso en la mano.

-No es necesaria tanta cortesia por parte de alguien al cual le da igual molestar a otros.- le esputo Kire apartandole la mano después que este la hubiera besado.

Al oír esas palabras, que habían cambiado de alagos a prejucios al encontrarse con la pequeña angel que aún estaba allí sentada comiendo galletas, las dos ni se inmutaron. Porque aparte de el recien llegado, ellas eran las únicas que "pertenecían" al bando del mal. Ellas eran las únicas que sabian lo que era tener una archienemigo con el cual no poder controlar la rabia. Esos malditas bestias...

Pero si se sorprendieron al oir las palabras de los otros presentes. ¿Es que acaso en el "bando del bien" nunca se había oído hablar de la eterna enemistad entre ángeles y demonios?

-No se que encontrais tan raro.- dijo Nina sin ninguna malicia.- Es lo natural que no puedan ni verse...

-Es verdad.- apoyo Kire.- De momento no he visto ni a un demonio amigo de ángel. Como tampoco espero verlo de un vampiro y de esas asquerosas bestias...

*mire al elfo cuando hizo eso, pero sin mallor miramiento cuando acavo de dar su discurso me gire dandole la espalda, pero atento por si intentava cualquier cosa, me centre de neuvo en la niña y vi a la mestiza ablar, tambien tome siencio con calma asta que la preciosa o mejor dicho ambas preciosas vampiresas ablaron con mucha razon y demostrando ser savias, sin duda eran de mi estilo, por asi decirlo, cuando dijeron eso yo observava a la angel llorar, pero con cara de asco en vez de pena, y sobretodo saviendo que ellas respondieron a la pregunta de todos, derrepente rompi mi silencio

-lagrimas de arrepentimiento por lo que hicisteis? o acaso son lagrimas de miedo y covardia

*dige serio con mirada desafiante hacia la joven, supuse que si entraba en batalla las dos vampiras me cubririan del elfo, parecia el mas capaz de hacerme daño de verdad, pero a estas alturas le miedo tenia rostro y solo faltava un nombre

-y a quien pregunto mi nombre, si tan interesado se mostro... no e de dedicarle mas que estas precisas palabras... Infernus Dante, ese es mi nombre...

*ese fue el nombre que me pusieron, las celulas de madre seria el poder en mi

El Gran Banco Negro nunca fué mi pasión, y dudo que lo sea, pero mis pasos me conducen discreta e incoscientemente hacia su entrada, una figura con capucha gris y alas no es muy normal, pero nadie se fija en mi por ahora.
Entro con paso lento, como arrastrando los pies, pues mis ganas por pisar ese lugar no son muchas, pero lo que veo allí me deja de piedra.
Lo primero que escucho es el llando de uno de los míos, busco con la mirada a la muchacha que produce ese desgarrador sonido, me quedo de piedra al ver que no es mas que ua cría, con pasos agigantados me situo a su lado, le paso un brazo por los hombros susurrando.

--No pasa nada...no llores por favor...--


Observo entonces al infernal, el cuerpo rezumando odio, por una vez no intento centrarme en otra cosa, simplemente le grito.

--¡¡Has sido tu!! ¡no me cabe duda! es normal en nosotros odiarnos pero ella es a penas una niña y la has hecho llorar.--

Me encaro a él y le digo.

--No se te habrá ocurrido tocarla.--

Escaneo brevemente la mente de los presentes, son bastantes, demasiados para mi gusto, dirijo una breve mirada acompañada de una sonrisa a cada uno hasta que esta vuelve al infernal.

Ese desprecio que mostró ese infernal hacia mis palabras, me hizo enfurecer pero no obstante no reaccione. Estaba harto de ese tío, cansado de sus aires de superioridad, y encima ni una disculpa ni un mero perdón falso, era inútil hablar con ese energúmeno, y yo no quería perder los estribos, mire a mi alrededor todo era destrucción pena y maldad, mi sangre hervía aclamando venganza, pero en mi cabeza sonaban la palabras de mi padre “ Hijo hagan lo que te hagan, digan lo que digan no se lo hagas pagar a la primera ni a la segunda guárdalo y cuando llegue el momento desátalo todo transformándolo en la arma mas mortal del mundo” bueno vale nunca entendí esas palabras pero sonaban en mi cabeza y final mente alce mi mirada y dije:

-Infernus, no cuente conmigo para tus planes, yo ni me vendo ni me dejo convencer por gente como tu, se que tu odio es por naturaleza, se que no puedes resistir actuar como actúas, y por eso me das lastima. Dices que luchas para cambiar el mundo?
Para acabar con todos aquellos que en el “pasado” si séle puede llamar así te hicieron algo?
Pero que eres tu sino un mero reflejo de los que dices que son tus enemigos porque te quejas de cómo te trataron pero visto des de fuera las acciones que haces tu son iguales de las que tu mismo te quejas.

Tras ese discursito lioso di mi espalda al infernal y me dirigí a las vampiras a las cuales les dije:

- Siento que nuestro encuentro haya sido tan suma mente frustrado y me temo que mi presencia ya no me es cómoda y que si sigo en este lugar cometa una locura así que mis bellas hemanas espero que ninguna de las dos se aya herido y que os encontréis bien.

Tras esas palabras me dispuse a irme lentamente por si alguien quería decirme algo antes que me fuera para retenerme en el lugar.

Las gemelas cada vez entendían menos. Lo único que llegaba claro a sus cerebros era que al chico elfo solo le interesaba el dinero y material, que a la niña la estaban asustando entre tantos gritos y reproches, y que aquello parecía una obra de teatro donde cada dos por tres aparecía otro personaje de la obra como por arte de magia. Desde ese punto de no entender nada, ya so sabían que decir.

-Haber, yo ya me he perdido- dijo Nina moviendo la cabeza de lado a lado.- ¿Llora por los reproches, por los gritos o porque este tio le da miedo?

-Para mi que un cumulo de las tres...- dijo con cierta indiferencia Kire.- Tu, el alado, dejala en paz. Es una cria de ángel, no te hara nada. Y tu, pequeña, no nos mires así. Todos los de nuestro bando tenemos cierto rencor, unos más que otros hacía tu raza. Es normal que algunos no sepan olvidar...

Las imagenes de <su> muerte llegaron como oleadas a sus mentes. Las dos cerraron sus mentes a esos recuerdos que eran dolorosos y duros, sino lo hacían, la furia podria hacer estragos en su comportamiento.

-¡Eh!, tu, el chico que se quiere ir sin decirnos su nombre.- llamó Kire al elfo.- Te recuerdo que aún nos debes un banquete y una demostración...

-Eso, no te olvides...- le apoyo Nina, las dos mirando hacía donde estaba el chico.

*mire a la niña llorar, en cierto modo la hubiera cortado el cuello... todo niño crece y sigue a lo que le dicen... pero la otra no era tan pequeña, mire a las vampiras, tenia mi vaza hay, solo tenia que saver si estarian dispuestas, aun que no era mi estilo ser venebolente me gire y camine hacia las damas, alce mi vuelo y me coloque frente a ellas

-acaso os importa tanto ese ferico?... las palabras banquete son atrayentes a mis oidos...

*ladee mi cabeza sonriendo con mi hermosa sonrisa mirandola a los ojos, mis ojos tenian un color azulado, como el cielo, y el flequillo caia a ambos lados dibujando aun mejor mi hermoso rostro, era una de las criaturas mas bellas junto con los celestiales

-los seres como los angeles pueden hacerme tremendamente perverso... aun que no solo ellos en ciertas situaciones... si claro esta accedeis, bueno... podriamos ir a un lugar sin menos acumulacion de gente, ablar con calma... y asi podria explicarme algo mientras ambas os alimentais... tengo dos muñecas, mi cuello es suficiente para ambas.. y bueno... mi mas humilde persona

*mi sonrisa se volvio no solo agradable sino picara y juguetona mostrando un poco de mis blancos y perfectos dientes, estire mis manos con suavidad hacia ellas esperando ver su reaccion, el poder me importaba muchisimo... pero el poder sin reinas no seria mas que un reflejo de los errores pasados del absolutismo unico... pues como atraer la paz? como dijo un gran filosofo... La unica forma de construir la paz es con 100.000.000 de soldados armados, yo devia ser el leviathan y el leviathan necesitava 2 pinzas, eran perfectas

Cuando el infernal se va mis músculos se relajan notablemente, miro a la pequeña y le digo.

--Si, es bastante normal, pero eso tu aún no lo sabes ¿Verdad? ¿no sientes odio dentro de ti cuando él esta cerca? somos ángeles, nuestra naturaleza es odiar a los demonios ¿entiendes? yo misma odio esa faceta de nuestra especie, pero poco puedo hacer, tu aún eres pequeña, quizá tardes un poco en entenderlo totalmente ¿Cuántos años tienes? aqui donde me ves yo soy bastante mayor...oh, se me olvidaba ¿cómo te llamas?--

Miro a la mestiza que hay cerca, es bastante hermosa, me digo, pero creo que eso es cosa de su raza, tras un breve instante la sonrío y vuelvo a mirar a la pequeña, hace mucho que no veo a alguien de mi especie, y menos a alguien tan pequeñito...
Muevo incoscientemente mis blancas alas provocando que una pluma caiga al suelo, la miro por el rabillo del ojo antes de ponerme de rodillas en el suelo y recojerla con mimo.
A todos nos llega la hora, la de esta niña esta muy lejos, la mía quizá no tanto, he vivido lo mío, ahora lo mas importante es que otros también vivan lo que merecen, fijando la vista en todos los presentes sonrio, mi mente vuela lejos, en el lugar donde nací, rodeada de las luces de la ciudad, allí es donde debería estar ahora, o quizá en mi actual residencia, pero allí me tienes, entre las mismas cuatro paredes que un infernal.

Cuando me disponía a irme las dos vampiras comentaron que aún no me había presentado, y que les debía un banquete y una demostración,
titubeé dudando si pasar o quedarme. Finalmente decidí como mínimo presentarme, así que me gire y les dije:

- Mi nombre es Orion, Orion Lost, encantado.

Tras presentarme ya nada me retenía. Sentía un poco no darles el banquete y la demostración, pero no tenia ganas de quedarme más allí, y justo cuando me disponía a irme oí el comentario del infernal, y al girarme vi como ponía ese rostro de picardía intentando seducir a la gemelas, intentando hacer realzar su belleza, ¿qué intentaba? Hacerme sombra, le molestaba que las hermanas se interesaban más por mi que por él. En ese momento se me cruzaron los cables haciendo que me tomara eso como un pequeño duelo, así que me relaje y me acerque a las gemelas. Cuando estube a su lado me puse entre ellas poniendo mis brazos detrás de sus cinturas y cuando levante mi rostro todos los presente pudieron ver un rostro sereno con un toque de picardía y una pequeña sonrisa resaltando mi belleza feerica, (OFF: os recuerdo que los feericos somos los seres mas bellos de la historia) y dije:

- Lo siento Infernus, a estas damas las invite yo antes y si aceptan mi oferta ya te digo de antemano que tu no estas invitado. Ahora solo falta saber la respuesta.- Mire a ambas gemelas con mi mejor cara seductora y les dije.- Y bien queridas, la decisión es vuestra.

Miro de arriba abajo a la recién llegada, poco me interesa si quiere protejer o no a Neith, sonriendo a la niña acaricio su pelo y le digo.

--Tu tranquila, aqui si alguien pregunta no ha pasado nada.--

Me apollo en una pared mirando a las gemelas, el infernal y el feérico, no puedo ocultar una sonrisa, sacando un chicle de fresa de el bolsillo derecho de mi sudadera negra me lo meto en la boca y comienzo a masticarlo con tranquilidad, saco del bolsillo contrario el ipod y coloco los cascos en su lugar correspondiente, la música comienza a sonar en mis oídos, una balada, sonrío ante la ironía de como la música lenta y hermosa parece echa para el rostro del feérico antes de cambiar la canción con el dedo pulgar.
Las palabras recordadas se mezclan con la letra de la canción, la recuerdo perfectamente, es la canción que Nathaniel me cantó aquella noche mientras curaba mis heridas sangrantes, lenta y acompasada, en aquel momento aliviaba mi carga y sanaba mi espíritu, ahora abre las viejas heridas que en su día cicatrizó, niego brevemente con la cabeza evitando recuerdos dolorosos y de nuevo llega el movimiento necesario para cambiar aquella melodía por otra mas conocida, esta vez si que me contenta el resultado de mi cambio, me dejo resvalar hasta el suelo observando la escena en la que el infernal y el feérico-¿había dicho que se llamaba Orión?- competían por llevar a cenar a las gemelas.

**Ni que fueran un trofeo...pero seguro que ellas se divierten jejeje**

Me dejo deslizar hasta el suelo, el sabor de frese ácida llena mis papilas gustativas, sonrío brevemente antes de apollar la cabeza en la pared y susurrar.

`--La que hemos armado en un momento...los dueños del banco deben de estar contentos vamos...el cristal roto no va a salir barato con lo grande que es...--

**Pero al menos estamos vivos.**

Pienso cerrando los ojos tratando de relajar mis agarrotados músculos sin mucho éxito.

Las gemelas ni se inmutaron al pique que se formo entre el feerico y el infernal, pues ¿qué había más divertido que ver a un par de hombres echos y derechos pelearse por estar con ellas? Vista esa situación, y despues de cruzar sus miradas durante un instante que les sirvio para ponerse de acuerdo, decidieron aprovecharse de esa situación y divertirse.

-Creo que mi hermana estara de acuerdo conmigo al decir que se ha creado una situación muy injusta...- dijo Kire con voz melosa y alejandose del feérico fue hasta donde estaba el infernal y pasandole un brazo por encima de los hombros, lo abrazo.

-Si. Estoy de acuerdo...- dijo Nina haciendo lo mismo al feérico e incluso cojiendo uno de sus mechones con los dedos y jugueteando con él de forma cariñosa.- Es una situación muy injusta para nosotras. ¿Qué vamos a elegir si tenemos que decidir entre vosotros dos? No, no. Esto no puede ser...

-Y si... - dijo Kire acercandose más al infernal.- ¿Desenpatais...?

Las dos se quedaron esperando a ver la reacción de los afectados, mirandolos una de forma seductora y picarona, y la otra de forma cariñosa y melosa. Esperaban que la respuesta de los dos fuera positiva o de un duelo hacía el otro, pues eso les aseguraba un futuro encuentro con ambos por separado, com mucha más intimídad.

-Vamos hacer una cosa... Muy simple... El que de los dos nos haga pasar mejor rato, se lleba el premio final...- propuso al final Nina.- ¿Qué me decis?

-Claro esta, que si alguno de los dos se quiere plantar ahora, pues...- comento Kire como quien no quiere la cosa.- Mejor para el otro...

*mis ojos claros se fijaron en nina y luego en Kire, estire mi ala iziquierda envolviendola suavemente y sonrei picaronamente, luego coloque mi mano tras su cintura arrimandola mas y able con voz suave

-no peleare por una mujer... jamas lo e echo y no voy a hacerlo ahora, asi que puedes retirarte, pues no peleo ya que soy el ganador

*coloque mi mano enguantada sobre la perilla de la dama y la acerque un poco contemplandola los ojos y deje que obserbara mis ojos azules y brillantes y alce su cara suavemente

-con un rostro tan hermoso es logico que seas vampira...

*sonrei y acerque mis labios a los de ella respirando suavemente dejando que notara mi frio aliento sobre sus labios, mi mano se mantuvo rodeando su espalda y mi dedo enguantado acariciaba su perilla mientras notaba su fria piel, arpandola con una sola ala mantuve mi rostro cerca del sullo contemplando sus ojos con calma sonriente, mis ojos eran azules tan profundos como el mar crstalino y susurre cerca de sus labios para que me escuchara

-mataria a quien fuera por conseguir mis objetivos... y e de admitir que eres hermosa... pero no suplico, por nada...

--¿Quince? ¿solo quince? pues...¿Sabes? yo ya estaba presente en la batalla con los infernales, pero en ningún momento entré en ella...¿a que no sabes cuantos años tengo? no lo sé ni yo, pero rondaré ya los trescientos, para un humano normal soy bastante vieja ¿eh?--

La sonrío, recordando mi apariencia de unos diechiocho años, el pelo cae a un lado de mi rostro angelical y pálido dando una belleza delicada a mis finas facciones, los ojos profundos estan fijados en los de Neith, finalmente le digo.

--¿Qué te parece si luego nos vemos tu y yo en un sitio que no tenga cristales rotos por el suelo y hablamos? ^^--

**Y en el que no halla infernales.**

Añado en mi mente sin permitir que esas palabras franqueen mis labios rosados, me vendría bien montar en skate ahora, eso siempre me relaja, pero no es el momento y mucho menos el lugar, sin embargo podría al menos escribir un poco, no, lo dejaré para luego, mi diario puede esperar, me digo.
Me gustaría poder transmitir mas confianza a Akari, no sé, conocerla mejor, pero ¿qué podría transmitirle? ella aún no odia, quizá, solo quizá, si no se codea con mas ángeles jamás lo haga, formulo en silencio este deseo, no quiero que por lo que yo estoy pasando deba pasar también ella.

Sonreí levemente al ver la reacción de las gemelas, era algo que no esperaba, que ellas aun pusieran más leña el fuego, eso hacia que a cada segundo ese juego de seducción se pusiera más interesante. Espera hasta ver la reacción de Infernus, el cual se las daba de casanova y de gran ganador, pero la cuestión es que nada se había decidido aun, así que yo empecé a jugar mis cartas en el asunto, con mi brazo la apreté un poco a Nina contra mi y con la mano que tenia libre le aparte el pelo de la cara, mientras suavemente le acariciaba la mejilla, entonces acerque mi rostro al de ella desde fuera parecía que la fuera a besar, pero en el ultimo momento cuando mis labios rozaron con los de ella suavemente me aparte separándome de ella y me dirigí al director del banco negro que aun pululaba por allí, le susurre algo al oído que nadie hoyo y enseguida volví cerca de mis gemelas, a las cuales les dije:

- Queridas mías, antes me habéis dicho que os debía algo, pues ahora os mostrare que os puedo ofrecer para compensaros.- Tras decir esas palabras mire a Infernus y le dije. - Y tú no te des esos aires, de momento no eres ganador de nada, y creo que no llegaras a serlo.

Justo en ese momento el director volvió acompañado de unas 20 personas de distintas razas, que cargaban varias bolsas llenas de un liquido rojo carmesí.

-Oh ya están aquí, en fin queridas, como ya sabréis este banco es un banco muy especial, aquí no solo se guardan joyas o dinero sino que también es un banco de sangre, bueno en verdad esa parte pertenece a mi empresa, en fin en cada bolsa abran mas o menos 3L de sangre cada un de distinta raza y tipo, pero claro eso de comer comida en conserva no es sano así que podéis comeros a cualquiera de estas 20 personas si lo deseáis su destino será el mismo que importa si es mas pronto o mas tardío, y claro si ninguno es de vuestro gusto será un honor complacer vuestra demanda, eso no obstante si me elegís ami queridas.

La música atrona mis oídos, pero pese a desear cerrar los ojos y olvidar todo lo que hay a mi alrededor, la cosa sigue igual, no puedo evitar un estremecimiento al ver la sangre.
Uno de cada raza ¿abrá pues, sangre de licántropo, vampiro...incluso de celestiales e infernales? no puedo concebir esa idea, por lo cual ni lo intento, comienzo a canturrear por lo bajo y a tamborilear con los dedos en el suelo mientras mi respiración acompasada continua sin alterarse, tengo la mente atenta a sus pensamientos, por si a caso.
No puedo dejar de preguntarme que haran ahora Nina y Kire ¿a quien elegiran? sonrío, la verdad es que las gemelas pueden ser incompresibles.
Mirando al infernal y al feérico decido que lo tienen difícil, pero seguramente a ellas no les cueste tanto decidir, son adultas, yo apenas tengo catorce y medio, paso una mano por la melena rubia, aún cantando en voz baja.
Debería irme ¿pero a dónde? ¿a casa? ¿al casino? no, no me apetece ni al uno ni al otro, aqui estoy bien, el suelo no esta frío y el ambiente no es malo, exceptuando los cristales rotos, todo parece en orden en el banco, me siento segura, me siento bien.
El infernal ha atraído mi curiosidad, ahora no puedo dejar de preguntarme cuales serán los objetivos por los que ha entrado así como así en el banco, muchas cosas raras me estan pasando últimamente, pero, ninguna de ellas me importa demasiado ¿qué me importa ahora?
Mi hermano, Yuuki, incluso las nuevas personas que he conocido, me doy cuenta de que en mi lista no entra lo material, ni mi ipod, ni mis libros,nada, me resulta extraño, siempre le he dado muchísima importancia a mis pertenencias.
¿Y por qué estoy pensando en esto? suspiro y vuelvo a cantar en voz baja sumida en mis pensamientos, me gustaría quitarme los cascos y atender a la conversación de Orión el infernal y las gemelas, pero no soy cotilla, y me conformo con seguir cantando en susurros con el sabor a fresa en la boca.

La cosa se animaba por momentos. Parecía que los dos estaban dispuestos a cortejarlas, e incluso uno ya había empezado a mover sus piezas. Las dos se dieron cuenta que los que no participaban en la conversación les daba bastante igual que se llavaran ellos cuatro entre manos, así que decidieron resolver cuanto antes el desempate para poder ocuparse en otro lugar de sus problemas...

Kire, que se dejo manejar por el infernal con gracia, quiso no desvelar el "secreto" por el cual estabn ahí. Así entonces, cuando el chico se acerco hasta tal punto de casi rozar sus frios labios y después de que susurrara esas palabras de orgullo sin separarse ni un milimetro, ella decicio tomar cartas en el asunto. Subiendo las manos hasta detras de el cuello de su acompañante, lo abrazo, de manera que podria entenderse como un poco posesiva, pero que solo quería dar a entender su deseo de ver como lo hacía.

-Si fueras tan perspicaz como das a entender ya sabrias que lo que nosotras queremos no es un pelea.- dijo ella también en un pequeño susurro y sin separase de sus labios.- Más que nada porque sería un desperdició tonto de sangre... Así pues, lo único que queremos es que nos enseñeis vuestras "armas" de seductores...- dijo en un tono más provocativo que el de antes.- ...Eso no creo que sea tan díficil, ¿no?

Nina, que hizo lo mismo pero ella con el féerico, no se sintio tan a la defensiva como su hermana, pues su acompañante era rápido y nada más oír sus palabras de cortejo y banquete, fue a preparar un regalo bastante acertado hacía dos gemelas vampiras con ganas de jugar.

-Me encanta cuando un hombre tan apuesto de desvive por servirnos tan especial comida... -comento Nina con tono meloso ya propio de ella y llevandose un dedo a los labios para moderlo en signo de que esa visión había echo que le entrara mucha hambre.- Aún así, y sin animo de despreciar tu gesto, prefeririamos estar en un sitio más íntimo, donde poder "comer" y charlar a gusto, ¿no crees?- le dijo Nina apartando forzosamente la vista de las bolsas de sangre y de sus portadores para centrarla en su interlocutor y acercandose a él, volviendole a abrazar.