La noche del desierto {[(Libre)]}

Hacia unas horas se oscureció, la noche era esplendida, las estrellas brillaban como nunca en aquel cielo. Se podría decir que hacia mucho frió aquella noche pero yo no lo notaba, ya que debido a mi naturaleza lo soportaba bastante mejor que otras razas. Me gustaba la sensacion de la arena en los pies. Podía ver donde pisaba gracias a la claridad que proporcionaban la luna y las estrellas. Note una suave brisa un tanto peculiar en los desierto, olia a agua eso quería decir que había un oasis cerca, me puse camino a buscarlo.

-Espero poder encontrarlo pronto el oasis. tengo la sensacionde que tiene que estar muy cerca.

Continué caminando por las dunas en la dirección desde donde me vino aquella agradable brisa, a lo lejos divisé unas palmeras no pude si no alegrarme dentro de poco llegaría a aquel oasis y podía descansar un poco, del arduo camino que tuve por el desierto durante el día.

Caminaba sin rumbo, no obstante no deseaba estar perdida por aquel desierto durante toda la noche; no por el frío que hacía, pues eso le era indiferente, sino por el mero hecho de que no le hacía mucha gracia estar al aire libre justo cuando saliera el Sol.

Olió la humedad del agua de un oasis, y eso le hizo sentir mejor. No creía que le faltara poco para poder llegar a algún sitio. Incluso, quizás, encontraba algún animal del que alimentarse, aunque no le acababan de gustar demasiado.

Fue en la dirección de donde percibió el olor, y entonces vio cómo una figura humana iba en dirección contraria. Parecía que también se dirigía hacia donde ella iba.

"Un momento..." se paró unos segundos y cerró los ojos, inhalando cualquier olor que pudiera percibir gracias a la brisa que había. Luego abrió los ojos lentamente, sonriendo. "Sí... es... es la olor de un semidragón"

Eso era perfecto para ella, pues no se tendría que preocupar en beber la sangre de aquellos animales. Si veía que aquel ser se resistía, lo vencería de alguna manera y se alimentaría; si no, intentaría que le dejase beber.

Se fue acercando cada vez más a esa persona, y finalmente distinguió quién era.

-Re-Rextrom -se sorprendió. No esperaba encontrarlo por allí.

Me sobresalte cuando hoy aquella voz, lo primero que hice fue llevarme la mano a la empuñadura de mi espada, aunque aquella voz me resulto extrañamente familiar. Me gire y mire atrás pero sin bajar la guardia hasta que me di cuenta de que era Nacora, no esperaba verla hay realmente y me relaje.

-Nacora que haces tu por aquí, es un lugar muy abierto no creas aunque realmente esplendido.

Me puse a su lado y señala la direccion hacia donde estaba el oasis o donde creía que estaba.

-Creo que en esa direccion hay un oasis, me diría hacia allí te apetece acompañarme, para mi seria todo un placer que vinieras.

Rextrom se acercó a ella.

-Bueno... realmente, si te soy sincera, no sé exactamente qué pinto aquí. Supongo que es mi pequeño afán de conocer lugares distintos, ya que al no tener ningún objetivo, al menos me permito visitar sitios. El problema es el escaso tiempo que tengo para poder disfrutar de ellos. -lo miró, no sin poder evitar inhalar de nuevo ese aroma, ahora más cercano.

-Claro, te acompaño, no tengo ningún problema.

Antes de encaminarse hacia el oasis, acercó su cara a su cuello y respiró por la nariz todo lo que pudo.

"Qué bien se siente..." se dijo a sí misma.

Me alegro escuchar que me quería acompañar, aunque por lo que entendí aun no tenia ningún objetivo definido. Me recorrió un escalofrío todo el cuerpo cuando cuando se acerco tanto a mi cuello note sus ganas de beber mi sangre.

-Gracias por acompañarme, realmente me agrada mucho que vengas conmigo, aunque tengo la sensación de que tienes ganas de beber un poco de mi sangre. ¿O me equivoco?

Me gire y me puse a caminar un poco de espaldas, para poder apreciar bien su cara, no quería perderme el momento de su cara al escuchar mi pregunta, aunque por desgracias me da que no iba a ser así porque me tropecé y me caí al suelo de espaldas, aunque no me hice daño fue una caída tonta en la arena.

"Mierda ahora voy a quedar delante de Nacora, esto no me puede estar pasando."

Me quede tumbado en el suelo, no pude evitar reírme a pesar de la situación de este pequeño tropiezo tan tonto.

Se avergonzó un poco al ver que su deseo de sangre se percebía tanto.

-Pues... quizás tengas razón -desvió ligeramente la mirada para luego volver a mirarlo a él.

Se fue alejando lentamente de ella, caminando hacia atrás, y se tropezó.

Nacora se rió. "Vaya manera de hacer el ridículo" pensó. Pero le hizo gracia.

Entonces analizó las opciones que se le acababan de presentar. Él ya sabía que ella era vampiresa, y en alguna otra ocasión ya le había dejado beber su sangre. No tendría ningún problema ahora... ¿verdad?

Se puso encima de él, con una rodilla a cada lado suyo, al igual que las manos. Le giró la cabeza e hincó los dientes en su cuello, notando cómo brotaba aquel líquido caliente, pasando de manera agradable por su garganta.
Después le lamió la herida.

"Aah... simplemente genial..." cerró los ojos, notando el placer que aquel tipo de sangre le proporcionaba.

Se habia reido de mi habia echo el ridiculo, savia que se reiria. No pude evitar sorpenderme cuando Nacora epezo a ponerse encima mio, me giro la cabeza savia que queria mi sangre y no tenia intencion de inpedirle beber. Note como se contubo para no dejarme inconciente cosa que agradecia, aunque uviera bebido mi sangre no estaba mareado ni tenia ningu efecto negativo sobre mi, aunque preferi no levantarme queria disfrutar un poco de aquel momento. Me laio la herida y me recorio ecalofrio todo el cuerpo.

-Gracias por contenerte Nacora. Es muy amable por tu parte

No pude evitar mirarle a sus ojos y darle un beso en sus sensuales labios. Le acaricie su preciosa cara y la abraze contra mi.

-Me encantaria que este instante durara para siempre, aunque en mis recuerdos seguro que lo ara.

Le sorprendió el beso y el abrazo que le hizo Rextrom. Pero se sentía agusto.

-Bueno... -sonrió.- Aunque quisiéramos, sería imposible que durara para siempre, pues creo que el día no me afecta muy bien. -se rió.

Se incorporó y ayudó a levantarse a Rex. Lo cogió de la mano y tiró de él, yendo hacia la dirección en la que se dirigía anteriormente.

-Vamos a ver ese oasis, tengo curiosidad.

El comentario de Nacorame izo gracia pese a que era una cosa muy cruel, no podía ver las puestas de sol.

-Si una lastima que el sol no te siente bien.

Me tendió la mano para ayudarme a levantarme. No la rechace cogí su mano, ella tiro de mi, tenia una fuerza sorprendente con lo delicada que parecía.

-Si vamos, por cierto te apetecería tomar un baño, cuando lleguemos al oasis, el agua debería estar algo mas caliente, que te parece princesa de la noche.

Mientras caminaban, él le propuso tomar un baño cuando llegasen. Se lo pensó, ¿por qué no? Estaría bien sentir el agua del oasis en aquella noche tan fresca.

-De acuerdo, me parece bien. -le sonrió.

Decidió quitarse las botas para sentir la arena en sus pies, a pesar de las medias de rejilla que llevaba puestas. Estaba fría, pero no lo notaba demasiado a causa de su temperatura corporal, también baja.

Después de un rato, llegaron finalmente a aquel oasis. Le pareció muy bonito a la luz de la Luna, una iluminación a la que estaba más que acostumbrada. Se agachó frente el agua y lo tocó con la mano. Estaba deliciosa.

-¿Nos metemos? -dijo mirando a Rextrom, sonriendo.

Mire a Nacora su sonrisa era muy bella y mas en aquella noche, le sonreí y me quite la camisa y los pantalones pues era lo único que llevaba puesto en aquel momento, me fui metiendo poco a poco en el agua de espaldas para no perder de vista a la vampiresa.

-Vamos se esta muy bien aquí dentro, te espero aquí vale, podríamos hacer alguna carrera si te apeteciera, seguro que hay muchas cosas que hacer aquí.

Mire la zona, había unas cuantas palmeras y algunas ramas y arboles secos por la zona, servirían para hacer una hoguera y podría comer algún coco o fruto, con algo de surte podía haber algúnpez.

-Esto sera divertido, vamos.

Se extrañó al ver que Rextrom se metía en ropa interior, pero luego cayó en la cuenta.

"Claro, no hay ganas de mojarse la ropa"

Mientras él le proponía hacer una carrera, se fue quitando las medias y los shorts, hasta quedarse en tanga. Se estaba desabrochando el corsé cuando se acordó de que no llevaba sujetador.

"Mierda..." pero no le podía hacer nada, así que se lo quitó, junto a los manguitos de rejilla. Por suerte tenía el pelo suficientemente largo para poder tapar sus pechos.

Se metió lentamente en el agua.

-Sí que se está bien.

Se acercó a Rextrom.

-Te reto a una carrera. Mmm... -se quedó unos segundos pensativa.- Ya sé. Hasta esa palmera de ahí. Y no tengas piedad de mí, te aseguro que soy muy rápida. -le sonrió divertida.

Me quede embobado al ver como Nacora se quitaba la ropa, su cuerpo era muy bonito, se fue metiendo lentamente en el agua yo sin embargo no pude quitar la vista de ella, era como un sueño aquel momento. Tarde un poco en reaccionar cuando estuvo tan cerca de mi lo primero que se me ocurre fue abrazarla pero entonces dijo lo de la carrera. No pude evitar sonrojarme al tenerla tan cerca en aquel momento

-Cla.. claro. Claro que no te dejara ganar eso si no crees que deberíamos apostar algo, para hacerlo mas emocionante que te parece la idea Nacora.

Mientras esperaba su respuesta pensé que podía pedir y ofrecer como premio de aquella carrera.

-¿Apostar algo? Hmmm... estaría bien. -le sonrió.

Estuvo pensando algunas ideas. Pedirle sangre no tenía gracia, pues ya lo hacía cuando quería. Finalmente se decidió.

-De acuerdo, si yo gano... me enseñarás tus escamas. -sonrió curiosa.

Se acercó a él y le lamió la mejilla, juguetona. Sus cuerpos estaban muy cerca, y podía sentir la calor que desprendía el cuerpo del semidragón.

-¿Y si pierdo...? -le preguntó.

Pensé un poco me izo gracia que aceptara, de repente se me acerco y me lamió la mejilla y no pude evitar besarle y decirle lo que quería al oído susurrando, mientras la abrazaba.

-Quiero que me enseñes donde te escondes durante el día. Así podre ir contigo y visitarte de vez en cuando para poder pasar el rato juntos.

Me prepare para empezar la carrera, quería ganarla a toda costa, así podria pasar mas tiempo junto a ella.

-Da la señal de comienzo cuando quieras.

-Hecho -sonrió.

Se preparó para la carrera, no pretendía perder, y menos con esa apuesta en el aire. El escondite de un vampiro es algo que debía permanecer siempre en secreto.

-Tres... Dos... Uno... ¡Ya!

Ambos comenzaron a nadar lo mejor que podían. Nacora fue la primera en salir, pero Rextrom la adelantó en seguida. Ella no estaba acostumbrada a nadar rápido, y menos aún sin sujetador...

Cuando vio que su amigo estaba a punto de llegar a la meta, le entró pánico. Ni a la persona que más amaba le diría nunca dónde duerme durante el día. Entonces nadó como nunca antes lo había hecho, y por un segundo y medio, llegó antes que él.

Antes de decir nada, ambos empezaron a inspirar y expirar aire, cansados.

-Te... te gané. -dijo con una sonrisa en los labios, aún un poco cansada.

Me gano por unos miseros segundos me había quedado sin saber donde se escondía durante las horas de sol.

-Si.. eso parece has ganado. Salimos del agua y te enseño mis escamas vale.

Me dirigí a la orilla del oasis, salí del agua y saque mis escamas mientras esperaba que Nacora se acercara para verlas. No perdí de vista su cuerpo ya que era muy sensual.

-Aquí tienes tu premio Nacora, me hubiera gustado mucho ganar pero no a podido ser.

Se notaba mi decepción, deseaba con toda mi alma conseguir ganar aquella carrera.

Salió del agua para sentarse en la orilla junto a Rextrom. Al tener el pelo mojado, no podía tapar tanto como antes sus senos.

Vio cómo el semidragón sacaba las escamas, y Nacora se quedó perpleja. Era muy curioso, y muy triste a la vez no haberlo visto antes, pues ya tenía 200 años.

-Wow... -se lo quedó mirando un buen rato.- Es... impresionante. -acarició sus escamas con las yemas de los dedos, queriendo notar su textura.

Sonrió.

-Mola. -entonces notó la decepción de él.- Lo siento... esto... No es buena idea decir donde duermo durante el día... Es el secreto de todo vampiro, ni siquiera sus seres más amados saben donde se esconden... Supondría un gran peligro. No porque esa persona se chivase, si no... no sé, cualquiera podría extraer esa información de alguna manera. -le hizo intentar comprender.

-¿Qué quieres hacer ahora? -le animó.

Me gusto que me acariciara de aquella manera, me animo algo, Se disculpo y me dijo el motivo de por que no podía decirme eso, no me costo entenderlo, ya que la su situación era algo parecida a la mía. Yo tampoco podía ir diciendo a todo el mundo que era un semidragon.

-Si es compresible aunque me gustaría pasar mas tiempo contigo y eso no puedo evitarlo. Me recuerda un poco a mi eso.

Me quede pensativo no savia que hacer, la abrace y le di un beso en la frente y me levante.

-Ahora vuelvo voy a coger alguna cosa para hacer una hoguera y unos dátiles o coco lo que sea que tengan estas palmeras.

Afirmó con la cabeza y Rex salió en busca de aquello que le había dicho.

Se sentó de una manera más cómoda, rozando el agua con los pies, notando la brisa del viento en la cara. Era agradable estar allí.

Decidió volverse a meter en el oasis, sintiendo cómo aquel líquido transparente pero oscuro en la noche la rodeaba por completo. Era una sensación realmente confortable, se sentía bien.

Al cabo de un rato, oyó un ruido. Al principio pensó que era Rex, pero notó algo que se movía bajo las aguas. Antes de que pudiera reaccionar, aquello, fuera lo que fuera, tiró de ella y la metió por completo. Por suerte para ella, no moriría ahogada.

Buscó qué era lo que la estaba molestando, y distinguió una especie de alga. ¿Un alga? Esas plantas no podían hacer aquello, y menos con aquella fuerza.

Consiguió sacar la mano y llegar a su espada, pues no la solía dejar nunca muy lejos de ella. La metió en el agua y se deshizo de aquello que la había atrapado.

Sacó la cabeza para respirar, algo innecesario para su existencia pero necesario para ella, para sentirse un poco más humana. Miró hacia abajo y no distinguió nada. Ya no había ninguna cosa que la intentara atrapar de nuevo. Arqueó la ceja, molesta.

-Vuélveme a romper la paz, a ver si te atreves -frunció el ceño.

Se volvió a sentar en la orilla, de nuevo a descansar, y esta vez ya pudo ver a Rextrom acercarse a ella.

Me acerque con algo de madera seca, hiervas secas y algunos datiles que habia podido recojer, note que nacora estaba algo alterada y totalmente mojada como si uviera salido del agua, lo que me preocupo algo. Encendi la hogera justo delante nuestro y me sente as su lado y la abraze.

-¿Ha pasado algo pareces nerviosa? Por cierto quieres unos datiles

Apoye su caveza en mi hombro y la coji por la cintura para tranquilizarla y que supiera que podia contar conmigo para cualquier cosa.

-No es nada, sólo que me he encontrado con un visitante desagradable en el agua. Pero ya no está.

Parpadeó atónita. ¿Un dátil?

-Ojalá pudiera comerlos. Pero me da que no. -rió.- Gracias igualmente.

Se acercó a la hoguera.

-Se está bien así. A pesar del fresco que hace, entre el agua y la hoguera después, se ha vuelto mucho más cálida.

-Si la verdad es que se esta muy bien aqui. Perfdoname no estuve aqui para ayudarte con el visitante ese fuera lo que fuera.

Me puse algo pensativo le hice una pregunta algo incomoda posiblemente.

-¿No puedes comer nada como los demas, bueno ya saves eceptuando la sangre.? Esque nose si es porque te sientan mal o alguna cosa.

Coji la ropa y la puse a modo de cojin y me tumbe usaldola de almuada y incite a Nacora a recostarse a mi lado, asi podiamos ver tambien las estrellas mientras disfrutavaos de aquella velada.

-¿Quieres que esconda mis escamas o prefieres que las tenga fuera.?

Vio la preocupación de Rex ante la posible pregunta incómoda que le hubiera podido formular.

-Tranquilo, no me ha molestado. -se quedó pensativa.- Bueno... realmente no he comido nunca nada que no fuera sangre. No sé exactamente si podría digerirlo, pero el caso es que tampoco me entran ganas de comerlo. Es como si a ti te acercan una mesa y te preguntan si quieres un cacho. -se rió.- Dudo que aceptaras. Es más o menos lo mismo para mí. -recordó que había bebido algo más que sangre.- Aunque, extrañamente, no me importa tanto digerir otras bebidas... Hace no mucho bebí alcohol, y no me molestó, bueno, salvo por los pequeños efectos de éste, claro. -sonrió.

Al ver cómo Rextrom se tumbaba, ella hizo lo mismo, para poder estar más cómoda y poder observar, una vez más, el oscuro cielo.

-¿Las escamas? Bueno, puedes esconderlas, así puedo acariciar tu piel. -le sonrió de nuevo.

-Bueno la verdad es que puede que me la comiera quien save depende del abre que tuviera en ese momento.

Me rei pues se que era un comentario bastante estupido, se tumbo a mi lado, me alegro mucho, escondi mis escamas y la abraze.

-Las estrellas estan preciosas, pero no tanto como tu esta noche.

Le bese la frente y luego los labios, se podia notar que estaba exitado y muy contento de pasar esa noche con Nacora, llevava bastante tiempo ddeseandolo.