Era por la tarde y empezaba a anochecer. Me había pasado la mañana mirando por los Grandes Almacenes, y después de comer decidí ir a La Plaza.
Había mucha gente, unos paseando, otros sentados. También había algunos puestos de comida, bebida y otras cosas. Era un lugar bastante activo, que era justo lo que buscaba.
No sabía qué hacer, por lo que decidí que allí encontraría algo, un entretenimiento con el que poder pasar el resto de la tarde y parte de la noche.
Estaba contenta, iba de un lado para otro merodeando, curioseando qué hacía la gente y qué vendían en los puestos y tiendas. Había una gran fuente en medio de La Plaza, por lo que decidí acercarme a ella.
Me senté, pensando en qué hacer. Alguna vez, los niños humanos que pasaban se me quedaban mirando con miedo, con la vista clavada en mis cuernos y cola. Eso me divertía. Movía ésta enérgicamente.