Buscando un camino.

*iba caminando con mis blancas alas plegadas. Vestía una camisa blanca detrás de la que plegaba mis alas que podía extender en cualquier momento y que parecían dos jorobas simétricas. Tenía miedo, como siempre, de verme enzarzada en una pelea a muerte por mi supervivencia, por haber nacido semidragona. La gente me agobiaba, no me gustaba andar entre los gentíos por miedo, nunca sabías quien podía estar observandote. Llegué a una plaza con mucha menos gente y suspiré de alivio: ¡al fin un poco de tranquilidad! No se porqué me había ido a las vegas, pero si sabia una cosa: no regresaría nunca con tanta gente. Suspiré y me senté en un banco. Nada mas hacerlo, me dí cuenta de que había un humano, que parecía ser un guerrero, a mi lado. Un escalofrío recorrió mi espalda y mis alas se movieron un poco, y maldije aquello interiormente. Con cuidado, le observé de reojo asustada, temiendo que me fuese a atacar. Si lo hacía, estaría lista para luchar o para huir, pero esperaba que no tuviese que suceder ninguna de las dos cosas: al fin y al cabo, habían sido unos humanos quienes me habían adoptado. Le miré y me decidí a hablarle*
-Hola, veo que te estás limpiando las botas... con toda la suciedad que hay aquí me parece que no te van a durar mucho, por eso mismo yo voy a esperar a hacerlo.
*le dije con una sonrisa nerviosa. Mi voz también había sonado algo asustada y precavida pero amable, estaba claro que era una persona a la que le costaba confiar mucho y que, del alguna manera, siempre tenía miedo.*
*agradecí que mis alas pareciesen dos jorobas reales bajo aquella luz, así le sería dificil descubrir mi verdadera esencia: parecía una joven chica con dos jorobas simétricas y algo mas largas y puntiagudas de lo normal*

*Me asusté un poco cuándo me dijo lo de las botas y la batalla pero no daba la sensación de querer pelea así que no supe como interpretar aquello. Noté que se había fijado en mis alas pero afortunadamente no me pareció que les diese mas importancia y aguanté un suspiro de alivio. Como yo le había hablado al principio, era lógico que le tuviese que responder*
-Soy Bäerêtsa, simplemente estaba buscando algo de tranquilidad, los gentíos no me agradan... aún no sé porqué he venido a las Vegas.
*dije con un suspiro y de repente me decidí a preguntar por él*
-¿y cómo te llamas? se me hace raro ver a un guerrero en las Vegas.
*dije, esperaba no ahberme equivocado de profesión. Le seguía mirando nerviosamente, temiendo que de repente me descubriese y atacase. Las alas volvieron a moverse un poco y volví a maldecirlo interiormente: si descubría que eran alas, quizás... siendo un guerrero... desease mis escamas para protegerse. Un escalofrío me invadió de nuevo y se volvieron a mover, con lo que volví a maldecir*

*cuándo dijo que sabía lo que era el miedo comenzó a inundarme por todas partes: ¿qué debía de hacer?¿luchar?¿huir?¿atacar?, no me tranquilicé aún cuándo me dijo que confiaba en su espada y que no pensaba hacerme daño... a fin de cuentas, una protección adicional nunca estaba de más. Aún así, parecía no irme a atacar de momento así que decidí sentarme y esperar a que se sucediesen las cosas*
-Encantada William... ¿tanto se me nota lo que soy?
*dije con un suspiro mientras extendía un poco mis alas, aquella postura era incómoda y así las desentumecería un poco.*
-Intento pasar desapercibida, pero... creo que no tngo mucho éxito, y no me gusta estar aislada todo el rato... al final siempre te acaban encontrando... siempre.
*dije y mi voz adquirió un tono triste, como si realmente hiciera lo que hiciera nunca estuviese a salvo*

*levanté la cabeza y dejando entrever mi rostro triste*
-Si, somos una raza poderosa pero... también lo fueron mis antepasados, los dragones, y los extinguieron... mis padres eran semidragones, los dos, pero un grupo de cazadores los localizó y los mató cuándo tenía siete años, sólo pude huir y mis padres murieron... si voy mostrándolo como hacía cuándo era pequeña los cazadores lo saben y me ven, se reunen, forman un grupo amplio... y contra ésos grupos una sola no puede hacer mucho, por poderosa que sea.
*dije igual de triste y añadí*
-Somos demasiado pocos para los cazadores que nos quieren matar... además, mis padres no estaban en contacto con otros de mi raza, así que estoy sola...
*dije en un bajo murmullo replegando de nuevo mis alas*

*Le miré fijamente a los ojos y dije cojiéndole de la otra mano*

-Aprendí a pelear gracias a que me adoptaron unos humanos, pero murieron por haberme estado ocultando de mis enemigos un día que paseaba por un bosque. Sé pelear, pero me gusta la tranquilidad y no la puedo tener, pero tampoco puedo ir mostrando lo que soy o mi vida correrá mas peligro de lo que lo hace ahora. Tengo miedo de los desconocidos, nunca sabes que intenciones esconden, y ni siquiera sé porqué te estoy contando ésto cuándo no te conozco.

*le miré a los ojos aunque mis ojos tenían una fuerza extraña, de tristeza y decisión, de sinceridad y, de alguna manera, de necesidad de tener que crear algún tipo de vínculo con alguien.*

*le miré fijamente*

-Es posible, desde que mataron a mis padres adoptivos siempre he estado sola, quizás ya vaya siendo hora de dejar eso un poco atrás.

*le dije con una sonrisa en mi rostro y de repente se me ocurrió una idea*

-¿quieres que mientras hablamos volemos? creo que podré cargar contigo entre mis alas... no mucho rato, no soy muy fuerte, pero calculo que podría unos 10 minutos... quizás 5, depende de lo que peses y de los vientos...

*comenté de repente con entusiasmo, hacía tanto que no volaba con nadie que aunque tuviese que cargar con él sería una maravilla*

*le miré con una sonrisa y me levanté de un enérgico salto*

-¡vamos!

*le animé mientras le cogía de la mano y tiraba para que me siguiese*

- No sé dónde puede haber un sitio tranquilo, pero en algún lugar lo habrá y ahí alzaré el vuelo.

*dije con una gran sonrisa y energía, realmente parecía otra chica, alguien que no tuviese miedos y ansiosa de emprender mil cosas.*
*no me percaté de su mirada, pero estaba demasiado ilusionada por poder volar con alguien que no me permitía darme cuenta de otros detalles... y, verdaderamente, lo hechaba mucho de menos*

*Cuando me para en seco y me acerca me doy cuenta de la cercanía. Tras decirme aquello mirándome a los ojos, me ruboricé, nunca había estado tan cerca de un chico... miré a mi alrededor y me fijé que no había nadie*

-Sí... parece un buen sitio.

*dije con repentina timidez, moví algo nerviosa mis alas y al final me separé un poco, bastante ruborizada y extendí mis grandes alas blancas y las agité un poco, elevándome un par de metros para después bajar con cuidado y elegancia*

-Lo siento, tenía que desentumecerlas... llevarlas de esa forma es incómodo.

*me excusé y añadí dándome la vuelta enseñándole mi espalda*

-Súbete a mi espalda... no te preocupes por las alas, no te darán.

*le dije con una abierta sonrisa que no pudo ver, pero que quizás intuyese*

*noté como se subía y aguanté su peso. Cuándo terminó de colocarse, le cojí de las manos y le dije*

-Aún no tengo ni escamas ni pinchos en los que te puedas agarrar... eso me irá saliendo mientras vaya haciéndome mas y mas fuerte y entre en mas contaco con la dragona, así que será mejor que te agarres aquí...

*Bajé sus manos de mi hombro hacia adelante (entre mis hombros y mis pechos) y se las entrelacé, de manera que pudiese sujetarse*

-Si por lo que sea se te resbalan, te agarras a mi hombro, y si de ahí te caes, no te preocupes que te hago aterrizar en mi espalda o en mis brazos. No creo que suceda nada de ésto, pero por si acaso, mas vale prevenir que luego lamentar...

*le dije con una sonrisa. Noté en un momento dado algo extraño pero no le presté atención, al fin y al cabo, cuándo había estado con mis padres adoptivos no tenía aún la suficiente fuerza como para poder llevar a alguien en mi espalda.*

-Eres la primera persona que llevo en mi espalda en toda mi vida... agarráte, voy a despegar.

*Le dije alzando las alas para después batirlas y elevarme poco a poco.*

-Voy a ir despacito para asegurarme de que no se te hace muy brusco.

*añadí en una sonrisa y con un grato placer de volar acompañada mientras el aire me acariciaba y mis ropas se ajustaban por la zona de delante de mi cuerpo a todas sus curvas. La ropa ondeaba un poco, apenas nada, hacia dónde estaba montado William. Habíamos ascendido 100 metros y seguíamos subiendo*

-Voy a subir hasta estar a 100 metros por encima del edificio mas alto; ya verás que bonito...

*sonreí cuándo llegamos a la altura y dejé de ascender para colocarme horizontalmente y planear con suavidad*

-Ya hemos llegado...

*dije emocionadísima mientras extendía totalmente las alas para planear mas cómodamente.*
*el pelo se me revolvía y me sonrojé al notar su aliento en mi cuello*

-Si quieres....puedes intentar ponerte de pies, no te vas a caer.

*dije ruborizada y reduciendo la velocidad hasta que tan sólo fue una suave brisa*

*le sonreí*

- Mis padres me contaron que algunas veces los dragones y los semidragones se dejaban montar por un humano, feérico... ya me entiendes, y que solían practicar manteniéndose de pie, les resultaba muy útil en las peleas y podían pelear contra cualquier raza que caminase y/o volase... aunque algunos creyeron que debíamos de ser unas mascotas o así... no terminó muy bien aquello.

*dije en un suspiro cuándo se sentó y le escuché*

-Como quieras, puedo seguir unos 4 minutos antes de bajar a aterrizar...

*dije mientras me daba media vuelta y comenzaba a descender como si estuviese planeando*

*me ruboricé cada vez más y más, especialmente mientras me decía aquello*

- He dicho que algunos.

*dije riéndome mientras que cada vez plegaba mas las alas para cojer mas velocidad en la caída y llamar la atención lo mínimo posible. Cuándo localicé el lugar del que había despegado y tras asegurarme de que no había nadie, reduje la velocidad para aterrizar con suavidad, como si mis pies acariciasen en suelo. Nada mas aterrizar, esperé a que se bajase, aunque había algo que me hacía desear que no se soltase, algo que no entendía y que encontraba extraño*