El Dragón cornamenta "Grupo 1"

*Aquí estará el grupo 1 compuesto por Aydana, Abyss y Rothor *

Un hombre misterioso daba la información muy escueta; informaba de unos acontecimientos sucedidos en los territorios del presente en las montañas del Norte.

-En las montañas del Norte se ha avistado un dragón con una gran cornamenta, se buscan intrépidos y valerosos aventureros que se atrevan ha averiguar que es lo que sucede realmente.

*En aquel momento paso un grupo de personas todas vestidas de negro que portaban varios ataudes y una pequeña camilla con un hombre moribundo con diversos agujeros de mas en el cuerpo, aquellos que miraron en otra parte del cuerpo que no estuviera tan desfigurada pudieron apreciar que se trataba de un Yan debido a los rasgos de dragón que tenia balbuceaba palabras que no se lograban entender debido al dolor y la falta de coherencia de sus palabras.
El hombre trago saliva y prosiguió con su mensaje*

-Como podéis comprobar el asunto es grave, este es el ultimo grupo de aventureros que se atrevió a marchar, llamo a aquellos valientes aventureros que se atrevan a ir, las dificultades son numerosas y el peligro aun mayor, como habeis visto pocos sobreviven, y aquellos que lo hacen no están en un estado mental ni físico de los que se espere una recuperación.

Unas personas se acercaron entre la que estáis vosotros a cada uno le dio un pequeño sobre con una carta; en el interior de esta se encontraba la situación del lugar donde se encuentra el informador, el cual terminaría de acordar el pago y explicaría los detalles de la misión y los datos que se conocen sobre la ubicación de este dragón.

Vuestro grupo compuesto por diez personas marchasteis hacia vuestro destino que se encontraba a varios días de distancia, siguiendo el pequeño plano que había en la carta os adentrasteis el bosque por un sendero que se hallaba oculto entre la maleza, hubo diversas dificultades, ya que estaba descuidado en algunos trozos era difícil proseguir con la espesa maleza el camino se apreciaba mas bien por los cortes que se veían en ella.

Os hayáis ahora en una pequeña posada que esta situada en un claro, ciertamente era la ubicación que se indicaba en el plano, pero desgraciadamente por el camino algunos de los miembros se perdieron y otros fallecieron por ataques de diversos animales del bosque. Ahora tan solo quedáis tres de los diez que empezasteis esta expedición.

*Off ahora tenéis un poco de roleo libre*

Aydana pasó por la puerta principal de la posada dejando atrás a los demás.
Había aceptado aquella misteriosa misión con ánimo de participar en una buena aventura, y su entusiasmo aumentó cuando leyó en la carta la cifra de la recompensa. No llevaban mucho recorrido del viaje cuando aquellos desconocidos que iban a por aquel peligroso dragón empezaron a caer, uno por uno, hasta que sólo quedaron ella y otros dos: un semidragón de pelo rojo y ojos del color del bosque del que se acababa de escabullir; y una mole de piedra gigante, el cual le llamaba mucho la atención, pues era la primera vez en su existencia que veía algo así.

Al entrar se sentó rápidamente en el banco de una mesa situada en la esquina de la sala común que se encontraba razonablemente cerca de la chimenea, para sentirse un poco más resguardada. En aquel momento la misión ya no le emocionaba de la misma forma, así que intentó olvidarse un poco del asunto pidiendo unas manzanas y algo para beber mientras entraban los demás.

La misión nos había llevado a una taberna, eran varias razas las que habían en el grupo cosa que me fascinaba ya que siempre me gustaba ver a las distintas personas que poblaban este mundo, pero ya solo quedábamos 3, por el viaje y el tiempo había podido observar que eran una demonio y un semidragon, había visto ya a algunos de su especie durante mi larga vida pero nunca los había tenido tan cerca.

Entonces los dos entraron en la taberna, yo me acerque a la puerta con intención de entrar pero esta era muy pequeña así que me senté en un pedrusco de al lado pensando en la misión, la recompensa no me alegraba mucho ya que yo no necesitaba dinero, pero presentía que había un mal para el mundo al final de esta travesía, así pase el rato pensando esperando a ver que hacían mis compañeros.

El joven del pelo rojo entró en la posada instantes después y cuando la encontró con aquellos ojos reptilianos se sentó en la misma mesa que Aydana, dirigiéndola unas palabras.
En ese instante se acercó la posadera dejando un frutero lleno de manzanas de diferentes colores, brillantes y bien crecidas, junto con una jarra de vino dulce especiado. Cogió una manzana de color verde intenso y la probó, mientras miraba a su acompañante, pensando una respuesta:

-La verdad es que esperaba que tú tuvieses algún plan... -tragó con cuidado la pulpa y siguió- ¿Que qué vamos a hacer? Yo sugiero que nos preocupemos de mantenernos con vida, ya que uno sólo frente a un dragón como el que nos contaron no creo que llegase a salir con vida.

Mientras dejaba que el chico hablase, Aydana de repente se acordó del gigante de piedra, le dio la espalda y se asomó a la ventana que tenía justo encima, que daba en la misma dirección a la entrada. Agitaba la cola distraídamente cuando le visualizó, sentado encima de una roca que se fundía con su enorme estructura:

-Eh, ¡grandullón! -le llamó alzando la voz- Espero que estés bien ahí. -le vino una idea tonta a la mente y continuó- ¿Tu...comes alguna cosa? Si necesitas algo le pido a la posadera que te lo lleve.

Me encontraba en la piedra sentado esperando y pensando cuando una voz surgió, gire la cabeza y pude ver que era la diablilla la que me hablo.

-ummm estoy bien gracias y no no como nada, con la energía que me de la tierra me sobra-dije con voz ronca -oye una cosa ¿tu especie no era de origen maligno?-dije interesado

El gigante de piedra emitió una voz profunda y ronca. Parecía algo irreal ante los ojos de Aydana, cómo el elemento que sostenía los pies de todos en movimientos parsimoniosos cobraba vida de alguna forma. Cuando procesó sus palabras le miró arqueando una ceja:

-¿Qué clase de pregunta es esa? -dijo, extrañada ante aquella pregunta- Si seguimos por ese camino entonces yo te pregunto: ¿es que todos los ángeles tienen que ser buenos? Reflexiona sobre ello, puede que sea más conveniente fijarse en el individuo que su especie...

Dejó al elemental con sus pensamientos y se volvió hacia el chico que estaba en la mesa. Se colocó sobre el asiento correctamente, volviendo a morder su manzana de nuevo.