Allá por el oeste donde hace mucha peste... (crónico)

Estaba tumbado en el suelo, observando la luna, que alumbraba la llanura con un brillo inusual.

-Qué tranquilidad... aunque dicen que la noche es más oscura antes de amanecer... espero que no sea un mal presagio

Mientras, mirando a la luna y sumido en mis pensamientos no me daba cuenta de nada más, simplemente estaba tranquilo, sin preocupaciones de ningún tipo, y menos aún con vida propia.

Sus investigaciones acerca de el asesino de sus padres le habia llevado hasta ese lugar en el que esperava encontrar una nueva pista. Iva envuelto en su túnica negra que le ocultava a ojos de los humanos en la oscuridad cuando distinguió una figura tumbada en el suelo y creyó que podia saber algo.

Se acercó a esa figura por delante tapando la luna para que le viese venir y no se asustase.

Se encontró, de nuevo, otra noche andando sin saber qué hacer. Siempre lo mismo. Aunque por suerte, últimamente encontraba cosas entretenidas que hacer. Rió para sus adentros.

Divisó un par de figuras, una estirada en el suelo y otra acercándose a ella. ¿Se conocerían? ¿Habría una pelea? No estaba segura de nada.

Pero percibió aquella olor. La olor de la sangre de un semidragón. No pudo evitarlo y se dirigió hacia aquellas figuras, pudiendo distinguir a dos hombres.

-Esto... ¿Hola? -saludó, algo dudosa.

Llegó a aquel lugar sin saber cómo. La verdad es que tuvo que reconocer que se habñia perdido.

-Otra vez me ha vuelto a pasar, deberían haber mapas de todas las zonas existentes-replicó para sí mismo.

Miró atrás, pues escuchó unas voces. Parecía estar de suerte, parecían humanos y por lo visto eran 3. Desplegó las alas y se acercó al lugar en el que se encontraban.

-Perdón, creo que me he perdido, aunque, no me iría mal acompañaros, siempre que haya alguna recompensa de por medio-dijo mientras se frotaba las manos.

Observé el tumulto que se había formado en un instante y me levanté rapidamente, antes que a cualquier otro no pude evitar fijarme en el otro ángel, y momentos después a las otras dos personas. Todas resultaban llamativas

-Ehm... Hola... encantado de... ¿conoceros?- Estaba muy desconcertado

Observé de arriba a abajo a los desconocidos, aunque en cierto modo me habia empezado a aburrir de aquella noche solitaria

-Soy Snow...- Miré al bioangel- ¿Y vosotros...?- En realidad sospechaba de ellos, la mujer parecía más normal, aunque emanaba peligrosidad, pero la persona de la gabardina era la que mas desconfianza reflejaba.

En un momento aparecieron dos figuras más en la noche, primero una mujer que parecia ser una vampira, ya havía tenido tratos con ellos y perseguia a uno, así que notó que tenia sed solo verla.

Justo después otra figura se hacercó volando, al verlo creyo que podria ser otro semidragón pero cuando se hacerco distinguió plumas blancas en sus alas.

- Mi nombre es Kaymi- dijo sin ver la situación muy clara.

Se puso a una distancia prudencial de la vampiresa y sacó su bastón de debajo de la túnica, desconfiado.

Vio como un bioángel se había acercado a ellos. Aunque no era cualquier bioángel. Era Ooroboros. Le sorprendió verlo por allí.

-Yo soy Nacora, encantada. -vio cómo el semidragón se alejaba un poco de ella, desconfiado.

"Mierda, me va a ser difícil..."

El otro ser parecía ser un ángel, aunque no estaba del todo segura.

-¿Qué hace tanta gente por aquí a estas horas? -se dio cuenta de que últimamente no paraba de repetir la misma frase. Era irónico.

Miró a su alrededor y advirtió que uno de aquellos que tenía justo delante era Nacora, no pudo evitar pensar en la última vez que tuvo contacto con la vampiresa, pues fue una experiencia que jamás olvidaría.

-Yo me llamo Ooroboros, aunque podéis llamarme Ooro, es más corto y recuerda a ese metal tan escaso. Sé que ya lo habéis preguntado varias veces, pero no me importa qué hacéis por aquí, solo quiero saber si cerca de aquí hay algún lugar en el que uno pueda obtener beneficios como para abastecerse un mes. Me habñian dicho que por aquí cera habían unas minas, pero no tengo ni idea de su localización.

Miró la reacción de Kaymi ante la presencia de Nacora y luego la miró a ella fijamente, perdiendo la noción del tiempo.

-Nunca he oido hablar de unas minas por aquí... lo siento, yo estaba aquí para relajarme... pero veo que va a ser dificil.

Observé a Kaymi, y como habia reaccionado al ver a Nacora.

-Tranquilízate... No veo muy recomendable comenzar una pelea aquí mismo...

Después miré a Ooroboros, como se habia quedado mirando a Nacora

-Qué bonito... en fin- Di un pequeño paso hacia atrás y me volví

-No es un poco tarde como para que andeis deambulando por ahí?

-Yo solo busco informacion sobre un vampiro- Dijo, luego miro a la vampiresa- No sé que edad tienes pero tal vez sepas algo, aunque prefiero no acercarme a ti ya que tu sed se nota bastante

Después de decirlo pensó que tal vez eso provocaría a la mujer y se arrepintio un poco, estava hablando como un crío.

Luego se dio cuenta de que habia un extraño y desagradable olor en el aire que no había olido hasta aora y que dificultava su concentración así que puso todos sus sentidos en la reacción de la mujer por si se decidia a atacar.

Notó cómo le miraba Ooroboros, y se rió para sí misma. Apreció las palabras que Snow le dijo a Kaymi.

-Bueno... para mí esta hora no es muy tarde, tal y como dices tú. De hecho, es la hora en la que siempre salgo. -se rió.

Luego miró a Kaymi con desagrado.

-Resulta que no me apetece decirle cosas personales a un crío que lo único que hace es alejarse de mí y decirme cuál es mi sed. Creo que yo ya sé cuál es mi sed exactamente. -le sonrió.- De hecho, hoy ya me he alimentado, pero te aseguro que siempre estaré encantada ante la sangre de un semidragón, así que vete andando con cuidado y deja de actuar como un estúpido delante de mí.

Luego olió algo que antes ya había percibido, pero que ahora notaba con más intensidad. Arrugó la nariz. Pero no se trataba ni de ajos ni de rosas frescas.

-Oye... ¿no notáis un olor extraño? A parte del de la sangre de este ser que tengo al lado, claro.

Todos parecieron notar aquel intenso olor más tarde que él. Llevaba horas odiando aquella fragancia perfumada que cubría las llanuras como una densa capa de niebla.

Notó que el ambiente estaba tenso entre la chica y el semidragón, así que intentó deshacer el hilo férrico inexistente entre ambos, pero que tenía presencia física.

-Creo que deberíamos buscar algo de comer, me ha entrado hambre.

Miró a Kaymi con desdén, pensando que no debía tratar así a alguien que le había hecho pasar tan buenos momentos.

-Tengo entendido que por esta zona hay jabalíes.

-Si, es buena idea, Ooro...- Yo también habia notado que brotaban chispas entre Nacora y Kaymi, asique la mejor opción era centrarse en otra cosa

Me fijé en Nacora, todavia no me habia dado cuenta de que era una vampiresa- No creo que a tí te guste mucho la sangre de jabalí... ¿no? je, je...

-Este olor... no me gusta ni un pelo... Enfin, deberiamos movernos, no quiero quedarme aquí toda la noche.

Las propuestas sobre la comida eranuna buena idea, ya empezaba a tener hambre aunque comer oliendo ése aire no iba a gustarle demasiaso.

- Es cierto que me he comportado como un crío, Nacora, te pido disculpas -esperaba que esto fuera suficiente para que emprendieran una cazería- Podriamos cazar algo para comer y así de paso explorar la zona por si existe una mina, te parece bien Ooroboros?

Aunque no queria luchar tampoco se acercó demasiado al grupo ya que sabía que todo su cuerpo era buscado por mercenarios y otras criaturas y ahora los tres sabían cual era su raza.

Escuchó atentamente la propuesta de Ooroboros. Le parecía bien, al menos se entetendría.

Al escuchar a Snow se rió.

-Bueno, no es que sea mi manjar favorito, la verdad... Pero no os preocupéis, ya me he alimentado hoy -le guiñó un ojo.

Miró a los alrededores para decidir hacia a dónde se podían dirigir.

-¿Qué tal si vamos allí? Yo os puedo ayudar en la caza, así no me aburriré.

La tensión se deshizco gracias a la idea que había propuesto y mató dos pájaros de un tiro, Kaymi le había dado la solución perfecta.

-Perfecto-dijo al escuchar que Nacora se apuntaba y ya buscaba un lugar que inspeccionar-allí me parece bien.

Desplegó las alas y se adelantó al resto de sus compañeros. Miró atrás y otra vez ese olor detestable le tocó los pelos de la nariz.

-Prefiero no comer por aquí, ¿qué tal si cazamos el jabalí y nos vamos a un lugar cerrado como la cabaña aquella que se divisa a unos 300 metros?

La pregunta retumbó en el aire, denso como el mercurio, repitiendo con voces cada vez más acalladas la voz del bioángel.

Sonreí a Nacora- Bien, vamos...- Me limité a desenvainar la espada y seguir a Ooro, su idea era muy acertada, si quería aprovechar la caza no era un buen plan comer en medio de esa... peste.

-Yo os sigo, no conozco esta zona muy bien... Vine tratando de estar relajado, pero ya veo que me ha salido al contrario.

Miré a los alrededores tratando de encontrar alguna presa.

-En fin, será mejor que busque desde arriba- Me quité la chaqueta y saqué las alas, alzándome en el aire.

-Adios a la discrección...

Al parecer ivan a ir de cacería y el bastón solo le serviria para magullar la carne de su presa, y con este apestoso olor flotando en el aire seria difícil que un lobo invocado pudiese seguir el rastro de algún animal. Tendría que aprovechar la vista de sus ojos de dragón para encontrar una presa e indicar a los demas la posición de ésta.

-Pues busquemos a un jabalí- Dijo andando ya hacia la dirección en la que iban Ooroboros y Snow.

Empezó a observar el bosque desde el suelo buscando algun tipo de rastro. En poco tiempo consiguió distinguir unas huellas a unos diez metros de distancia gracias a la vista que tenía a consequencia de su mitad dragón.

-Parece que por aquí ha pasado uno, desde allí arriba veis algo?- preguntó los dos ángeles de distitos tiempos.

Se dirigió hacia donde lo hacían los demás, y escuchando lo que decía Kay, siguió buscando por el bosque.

Intentando dejar de lado aquella terrible peste, se acercó a las huellas y pudo percibir el olor del animal.

-No hace mucho que ha pasado por aquí. Debemos no hacer mucho ruido si queremos dar con él. Estad bien atentos a cualquier posible movimiento.

Se fue adentrando poco a poco en el bosque, medio agachada.

Los demás le siguieron, incluso Snow se acercó a su posición en el aire.

-No se ve nada más que una cueva desde aquí, a lo mejor si nos adentramos en ella, encontraremos algún animal que cocinar-contestó a Kaymi.

-Creo que han encontrado algo-dijo girándose hacia Snow-voy a ver que hay allí en aquella gruta.

Se adelantó, dejando un rastro en el cielo, tal y como hacen los aviones.

Aterrizó en el suelo embarrado y rastreó la zona, no econtró más que un rastro de sangre en un árbol magullado

Seguí a Ooroboros hasta el suelo, aterrizando cuidadosamente y vi el rastro de sangre, entonces miré a mis compañeros.

-Creo... que tengo una idea.

Me acerqué a ellos, y durante unos momentos estuve dubitativo.

-Veamos...- Señalé a Kaymi- Ve tú primero que eres el que parece más resistente, no sabemos lo que puede haber ahí dentro...- Traté de evadir a mis compañeros de ese extraño olor para concentrarnos en la caza, y esa me pareció la mejor manera.

Despues de seguir a Ooroboros al lugar que indicó Snow le dijo que entrara el en primer lugar ya que parecia el mas resistente "Supongo que alguien tiene que acer el trabajo sucio" penso, y se adentro en la cueva sin decir nada en la cueva, una vez mas sus ojos de dragon le serían muy útiles.

Después de andar unos 20 metros encontró un cruce de caminos, uno a su derecha i otro a la izquierda. En el de la izquierda se podía distinguir un rastro de sangre fresca mientras que en el de la derecha no se veía nada en particular. Al acercarse al cruce se percató de que ese fuerte y apestoso olor salía de el mismo túnel en el que había el rastro de sangre.

- Venid todos, esto parece que esta despejado pero el olor sale de aquí.- despues de decir esto se concentro ey uso su poder de invocación para hacer un fuego fauto que iluminara el interior de la gruta y permitiera ver a sus compñeros.

Al escuchar lo que dijo Kaymi, fue directa a la cueva. Pudo percibir lo mismo que él; el olor provenía justo del mismo camino donde había el rastro de sangre. Estaba muy oscuro pero podía distinguir la ruta, también gracias al fuego que había hecho Kay, aunque ella no lo necesitara, así que decidió entrar.

-No sé vosotros, pero yo tengo mucha curiosidad -susurró, enfatizando la palabra "mucha".

Se adentró en aquel camino inundado por aquella terrible olor.

Aquellos dos se adelantaron demasiado, o eso pensó el bioángel al ver que Kaymi encendía una fogata dentro de aquel lugar. La vampiresa no quiso quedarse atrás, así que se adelantó sin hacer caso de los demás.

Escudriñó entre los arbustos que estaban cercanos a él y arrancó unas hojas secas y dos ramas fácilmente quebrantables. Acto seguido, se dirigió a la cueva.

-Quizá, debería ir con ella-dijo acercándose a Kaymi, el cual seguía concentrado en su fuego.

-Por cierto, bonita fogata, mantendrá alejados a los animales, espero que sirva para prender algunas antorchas.

Preparó las ramas, tapando una de las puntas con un trapo huntado en aceite. Quemó hierbajos de los que había recogido y los utilizó como mecha para las antorchas que había preparado anteriormente.

Siguió por el camino que más edor despedía y se encontró con Nacora, la cual parecía un tanto intranquila, a suponer por el olor.

-Esto... no querría ser una molestia, pero... creo que deberíamos esperar a los demás, no te parece? es más, querría hablar contigo a solas, es sobre algo que solo nos atañe a tí y a mí... bueno, solo si tú quieres hablar de ello, por supuesto-dijo mientras intentaba alcanzar a Nacora, pues la vampiresa caminaba más rápida que él y le llevaba ventaja.

Seguí a mis compañeros observando lo que hacían, sin decir nada, hasta que llegamos a los dos caminos, esperé junto a Kaymi mientras Ooroboros se alejaba un poco con Nacora.

-Esto me da mala espina...- Seguí caminando hacia los otros dos, hasta que llegué a ellos.

-Lo siento si interrumpo algo, pero quería deciros que tengais cuidado, debeis estar alerta... No me gustaria tener problemas por un descuido...

Seguí avanzando hasta llegar a una sala más amplia, pero veía con dificultad debido a la oscuridad, así que indiqué a los demás que viniesen.