Antes de todo... [[Libre]]

En un bar atestado de personas bebiendo y divirtiendose, la noche caia tempranamente, una figura solitaria y silenciosa pasaba por delante del lugar, miro al cielo y se dispuso a pasar, aún tenía unas horas antes de que fuera el torneo, la figura se decidio a pasar, abrio la puerta que era rodeada por guardias y les sonrio levemente par aluego dirigirse a la barra, se quito la capucha dejando al descubierto su larga cabelloera roja, al tiempo que se acomodaba en una de las sillas de la barra

Cantinero: Dime preciosa que te vas a servir? - se acerco de inmediato un hombre musculoso que limpiaba uno de los vasos, also su voz por sobre el barullo reinante y se dirigio a la chica, Phoenix sonrio y cruzandose de piernas respondio-Solo traeme una Lemon Ston- La chica pedio una de esas cervezas con la más minima cantidad de alcohol, no podia darse el lujo de embriagarse, auqneu en realidad nunca lo hacia, pero aunque lo hiciese, esta noche no sería una de ellas, El cantinero asintio algo extrañado y se fue en busqueda del trago que la chica había pedido, Phoenix sonrio y espero mientras se volteaba a mirar a su alrededor a las personas que llenaban el lugar.

Estaba huyendo de unos cazadores que habían descubierto que era un semidragon, cuando gire en una esquina y me fije en un bar. Parecía un buen lugar para esconderse seguro que había mucha cantidad de personas, aunque la mayoría seguro que estarían borrachos. Con un poco de suerte conseguiría perderles la pista hay dentro, realmente esperaba tenerla. Seguí corriendo hasta que logre entrar en aquel bar. No me equivocaba avía mucha gente, la mayoría no se dieron cuenta ni siquiera de que entrara estaban demasiado pendiente de sus cosas. Me dirigí a la barra intentando calmarme y que no se notara que me perseguían. Tome asiento alado de una joven, parecía llevar poco aquí.

-Disculpe una jarra de aguamiel bien fría.

Mire de reojo a la puerta esperando que ninguno de ellos entraran, por suerte para mi así fu. Avían perdido mi rastro, esperaba que en un tiempo se olvidaran de mi cara incluso, muchas veces me había pasado esto ya, gente que me seguí y a la semana siguiente ablando con ellos tranquila-mente en un bar como si no se acordaran de nada. Me conseguí calmar aunque pareciera imposible en aquel lugar con tanto ruido, peleas y otras cosas. Suspire y eche un trago a la jarra de aguamiel. Realmente estaba muy fría se podía apreciar totalmente su sabor.

Entré dando bandazos, y, como consecuencia, muchas cabezas se giraron hacia mi. Dellios iba tras de mi, casi como un escudo, que sirvió para que cada uno volviera a sus quehaceres, sin hacerme mayor caso. Mi amigo se había quedado embobado unos instantes, clavando su ahora sobria mirada sobre una cabellera pelirroja.

Suspiré.

-Después de la odisea que hemos vivido en la playa, te conviene un descanso... Y no beber mucho- le advertí, con una sonrisa, rozándole suavemente el brazo, con una apacible sonrisita. La experiencia había sido extraña para ambos. Aunque, tuve que admitir, que había valido la pena. Me acerqué a la barra y me senté junto a la muchacha, advirtiendo la fascinación de mi compañero ante ella.

-¡Qué color de cabello tan hermoso tienes!- comenté, mirándola alegremente. Mis ojos verdes se fijaron en sus rasgos. Era una chica bonita.

Al otro lado, había un muchacho. Me sonaba haberlo visto con anterioridad. Mientras hacía un gesto a mi compañero para que se acercara, me quedé mirando al otro chico con una sonrisita traviesa.

-Nos hemos visto antes, ¿No es cierto?

EL barullo fue interrumpido primero por la entrada de un chico al lugar, su cara reflejaba preocupación, corriendo se sento al lado de Phoenix, la chica lo miro de reojo al tiempo que cruzaba sus largas piernas, el largo sorbo que le dio a su agua miel le llamo la atención a Phoenix, la cual tomo su Lemonsston y le dio un trago suave, al terminar, lelgo una pareja de extraños que se había sentado junto a ella, el hombre atrajo la mirada de Phoenix poderosamente, la chica lo miro con atención e inconcientemente mordio suavemente el labio inferior.
volvio a darle un sorbo a su cerveza, cuando la chica interrumpio con su comentario. Phoenix la miro y sonrio a modo de agradecimiento.

¡Que le pasa al mundo esta semana?, acaso me veo tan confiable y social que todos me hablan y salvan? La chica suspiro dandole otro sorbo a la cerveza par aleugo mirar a la chica de verdes ojos

- GRacias ^.^- Sonrio mirandola, par aleugo clavar la vista en su acompañante

Katherine tenía razón, necesitaba un descanso y aquella taberna se me antojó como una jarra de cerveza fria en un dia de bochornosa calor. Rejodidamente estupenda.

Al abrir la puerta, inspiré el aire viciado del interior y un escalofrio de puro placer me recorrio la espalda. Habían sido demasiados años de vicio en sitios como ese, era un amante exigente, y por respeto lo dejaría con moderación. Pero hoy no es ese dia, pensé con una sonrisa exultante. Los demás borrachos nos miraron la entrar, pero al verme, giraron sus entumecidas cabezas hacía otro lado. Sonreí picarón, sabían lo que se hacían, gente lista.

Katherine entró sin vacilar, directamente hacía el lugar donde reposaba una mujer. Al principio ladeé la cabeza hacía ambos lados, oteando el mejor lugar para reposar, pero kath se me adelantó sentandose al lado de la exuberante mujer. Y entonces me fijé mejor. Podría haber jurado sin equivocarme que era la más hermosa que había visto en años, aún así guardé silencio y me dirigí a la barra, pero eso sí, sin quitarle ojo, pues si cabello rojizo como el fuego de primavera al arder entre arboles me tenía embobado.

-¿Que querrá tomar, señor?-entonces giré la testa hacía el tabernero, pues sin dame cuenta había ido a parar apoyado sobre la barra. Sonreí ampliamente.

-Un Jameson Irlandés-pedí, y al instante añadí- a poder ser de una cosecha de cinco años, sino, whisky normal.

El tabernero me miró raro.

-Solo tenemos Blended-añadió, turbado- Si quiere podemos encargarlo pero...

Negé con la cabeza, aireando el tema con la mano.

-Está bien, si solo hay una mezcla, me conformaré-dicho esto coloqué un billete sobre la mesa y pedí una cerveza.

Sonreí picaramente cuando alcanzé la cerveza de milagro, pues iba a velocidades pasmosas hacía la otra punta de la barra, concretamente, al final de ella. Cuando regresé, katherine aún seguia hablando con aquella exuverrante mujer, y me alegré.

-Una cerveza-le ofrecí a mi compañera- Y-añadí sonriente- ¿Te gusta el whisky, preciosa?-comenté, alargandole la copa, dejándola a medio camino- Es un Blended, pero si quieres, lo compartimos.

Cuando termine de echar el trago hoy a aquella chica preguntarme si nos aviamos visto anteriormente, al principio pensé que estaba intentando ligar conmigo, aveces pasaba en estos lugares, pero después de mirarla detenidamente. Era Khaterine, me sorprendió no esperaba volverla a ver tan pronto.

-Si la verdad, nos hemos visto antes aunque fue durante un rato muy breve.

Le dedique una sonrisa a Khaterine. Parecía estar acompañada de un armario y se puso a hablar con la chica que tenia alado la situación era un poco extraña, me gire y mire a la pelirroja y al armario parecía que podría ser entretenido estar con ellos y también me serviría para disimular si venia alguno de aquellos hombres. Haché un trago y me levante con la jarra.

-Que os parece si vamos a una mesa estaremos mas cómodos y ya que parece que hablaremos durante un rato, creo que es una buena idea que opináis vosotros.

Phoenix miro a su alrededor mientras le daba un sorbo a su cerveza, a la vez que observaba como aquel hombre le ofrecia un trago "¿Novios?" penso la chica mientras los observaba suspiro algo desalentada, aquel hombre de barba y gran porte la traia fascinada, volvio a suspirar y movio suavemente su cerveza.

La situación era extraña para Phoenix, miro a sus "acompañantes" y mentalmente contabilizop

"dos chicos y una chica... tres personas....¿Porque estan al lado mio hablandome y todo eso?...Riuuyin donde mierda estas!" volvio a suspirar bajando la mirada, y la imagen de Riuuyin se concentro en su mente, la imagen del ultimo año que estuvo con el, elevo la mirada y se encontro con los oscuros ojos del hombre de barba, un debil pero conocido escalofrio recorrio su cuerpo, haciendo que e estremeciera un poco, su mano llevaba su cerveza a su boca, pero ante aquel contacto visual la cerveza quedo a medio camino y las palabras del chico de cabello corto lelgaron lejanas a su mente

- Chico del cabello corto: -Que os parece si vamos a una mesa estaremos mas cómodos y ya que parece que hablaremos durante un rato, creo que es una buena idea que opináis vosotros.-

Lentas, y ñejanas como si estuviera escuchando música en una radio a pilas y estas estuvieran funcionando a menos de su total capacidad, Sin poder articular palabra y sintiendo como el calor comenzaba a a enfocarse en sus mejillas trato de bajar la mirada y desviarla levemente

Reí al ver la cara de frustración de la muchacha pelirroja al mirarnos a Dellios a mí.

-No- contesté a la pregunta no formulada de la chica, con una sonrisa. Dí un buen trago a la cerveza que mi amigo me había conseguido, y suspiré. Posando suavemente la mano sobre el brazo del joven Rextrom, y le indiqué que estaba de acuerdo con su propuesta.

-No obstante, Dellios, quédate aquí con la preciosa señorita- sonreí pícaramente, dando un breve abrazo a mi amigo -Y venid más tarde, primero acabaos vuestra bebida tranquilamente sin...- miré a Rextrom y nos señalé a ambos con disimulo, para que solo la chica y Dellios se percataran del gesto -...espectadores

Me aparté de la barra y me senté en una mesa vacía, esperando a ver si Rextrom hacía lo propio y me acompañaba. Si no, no importaba, seguiría otra noche sola, divirtiéndome con los torpes movimientos de mi querido amigo.

Porque, al fin, estaba sonriendo con alguien que no era uno de nosotros.

-Zell se va a poner celoso- comenté, con una sonrisita.

-Se van-canturré alegre mientras observaba como mi amiguita desaparecia entre la multitud, aunque sabía perfectamente que no nos quitaría ojo. Elfa marujona, pensé divertido. El chabal de pelo corto, desapareció, o al menos lo perdí de vista. No me interesaba, al menos él no. Me giré hacía la mujer, que aún permanecia con la mirada fija en su bebida y sonreí ocioso- ¿No quieres probar la mia?-le ofercí, inclinandome más pues el antro se había ido llenando cada vez más y me pareció que mi voz se la comian los borrachos.

Al acercarme sonreí más, pues me llegó a la nariz un delicioso olor, y me hubiera apostado la barba a que no era el perfume del posadero. Eso me tensó. Ya casi no recordaba como olía una mujer así, y por supuesto, las prostitutas usaban otro tipo de perfume, o al menos, no era igual. Un escalofrio me puso de punta los pelos de los brazos, olía igual, se parecía muchísimo a...

-¿Y que hace una mujer como tú en un lugar así?-me apresuré a decir algo, notando molesto como se me había enronquecido la voz por el nudo en el cuello. Aún así, no perdí la sonrisa ni varié mi nueva posición.

Phoenix observo cabizbaja como la chica y el chico de pelo corto se perdían entre la mutitud, o almenos eso parecia, La pelirroja habia captado con tención cada movimiento, y entre una mescla de emociones y sentimientos solo s elimito a mirar su botella

¿E n que estaba pensando cuando entro a la posada?, ya ni siquera recordaba eso, su estomago se apreto en un nudo cuandosinto la voz del hombre cerca y su respiración acariciando suavemente su piel, Phoenix cerro los ojos estremeciendose, se sentia como una quinceañera... ya pase por esto una vez.... ¿Porque me pasa otra?" suspiro mientras el hombre le ofrecia de su trago, Phoenix nego con una leve sonrisa sin levantar la mirada, tenía la sensación de que si lo hacia, se hundiria en los profundos ojos de su, ahora, unico acompañante, Por unos segundos rogo de que la mujer que estaba con el volviera e interrumpiera, pero luego deshecho ese pensamiento.... queria estar con él.

Una nueva pregunta y su voz volvio a sonar en los oidos de Phoenix suavemente, otra vez el escalofrio que hizo a la chica apretar más su botella, esta vez no podía quedarse callada, la pregunta había sido certera, y merecia ser respondida correctamente, o... tal vez fue retorica... o ... una herramienta para ligar con ella, analizo cada una de sus opciones y por elección se quedo con la primera, respiro profundamente tomando coraje... y elevo la mirada encontrandose nuevamente con los ojos de aquel barbudo hombre, sonrio levemente y luego de unos segundo respondio más o menos tranquial... o, eso pensó ella.

- Pasaba por el lugar... y entre... - respuesta más estúpida no se le había ocurrido "¡¡Que mierdas estas haciendo Ilyria!!!" pensó regañandose " Esa no es la manera de responderle a un hombre como él!!!!, menos si te tiene así!!!!! en su mano el calor aumentaba y apretaba la botella de cerveza contra su cuerpo.

Había sido lo suficientemente lista como para situarme tan cerca como me fue posible. Al haber tanta gente, mi presencia pasó inadvertida, y me dispuse a escuchar.

Los intentos de Dellios por entablar una conversación normal me parecían, como poco, hilarantes. Era tan mono...

Ladeé la cabeza, en tal de escuchar más cosas. Se había instaurado un silencio incómodo entre ellos. Si no lo notaban, yo sí. Y al haber vivido durante mi larga vida muchos momentos así, no pude soportarlo. Golpeé la mesa con el puño, sabiendo que mi incomodidad no venía por la adorable torpeza de Dellios y la chica pelirroja. Mi incomodidad se debía a los celos que le había atribuido a nuestro compañero Zell que tendría ante la situación.

Porque eso me dejaba sola.

-¡Camarero! ¡Una jarra de litro a la de ya! ¡Y deprisita!- con la jarra vacía demandé más.

Miré a ver si localizaba a Rextrom, que había desaparecido entre la multitud.

Respuesta corta, pero muy mona. La miré, entre divertido y enternezido, dejándo que mi brazo cargara con más peso.

No mentiré, habían pasado muchas mujeres por las camas de mis posadas, pero nunca las miraba a los ojos, no merecían esa atención. En cambio, esta vez lo hice, y creo que no me arrepentí. Azules como el mar en un dia tenuemente oscurecido por algunas nubes caprichosas, así eran los ojos que me cautivaron, al menos, hasta que retomé la consciencia y reí.

Al alzar la cabeza por la risa, oteé por encima de sus hombros y ví una mancha oscura en el lado derecho. Fruncí el ceño, pensando en matar al capullo que podría haberle enganchado algo o manchado con grasa para las armas, y reclinandome todo lo que pude, aparté un mechón de su rojiza cabellera.

-Creo que te han manchado-le comenté, aún con el entrecejo fruncido, pero al llegar a la supuesta mancha, dejé escapar un grito ahogado de sorpresa- Vaya-fue lo unico que se me ocurrió decir ante mi estupidez, retirándome hacía atrás, mientras reía un poco avergonzado, aunque sin apartar la mirada- Bonito tatuaje. ¿Un fénix, verdad?-entonces sonreí picaramente, mirandola a los ojos- Es bonito, aunqe me pregunto hasta donde llegará...

Phoenix continuaba maldiciendose por su estupides, mientras que aquel hombre sonreia mirandola, La pelirroja bajo la vista rápidamente sientiendose algo avergonzada, respiro hondo y dejo escapar el aire lentamente por entre sus labios, suspiro y se llevo la botella de cerveza a la boca, quisas el frio liquido la calmara, La cerveza se deslizo por su garganta, pero no era precisamente helada o fria, se había calentado con la presion de las manos de Phoenix, - Tzk- dejo escapar mientras que mriaba la botella molesta con ella y la poca resistencia al calor de esas cosas, nuevamente suspiro cuando comenzo a sentir el contacto de la piel de aquel hombre con su cabello, abrio los ojos sorprendida y movio levemente la espalda ayudando a la visual, trato de articular palabra pero no pudo su boca no respondia "¡¡¡¡MALDICIÓN ILYRIA COMPORTATE!!!" pensaba regañandose y gritandose en la mente meintras que su acompañante observaba su tatuaje.

- si... un fénix...- respondio mientras miraba al chico y su mente viajaba al día en que Riuuyin había decidido regalarle ese tatuaje, su mente divagaba por aquellos no tan distantes recuerdos cuando la mirada del hombre y su comentario de la extención del tatuaje llegaron a su mente haciendo que volviera a la realidad. "Dios...".
Phoenix solo sonrio mientras dejaba la cerveza tibia sobre la barra y se acariciaba uno de sus brazos por sobre el guante bajandolo lentamente sin percatarse de ello.

- Pues... es bastante grande cubre al mitad de mi espalda por un lado y llega hasta el final de la espalda...- Phoenix movio uno de sus brazos explicandole hasta donde llegaba el tatuaje, para luego sonreir levemente... "¿Porque le dices hasta donde llega?... esta bien que te tenga fascinada pero no por eso debes acceder así como así!!!!, Ilyria comportate!!!... ¿Porque no te desnudaste mejor para mostrarselo?!!!!" Phoenix desvio la mirada mientras una verdadera batalla campal se replegaba en su mente

Miré con pena mi querido cascabel, que tintineó con mi movimiento. Lo atrapé entre mis dedos y suspiré, cansada, mientras el camarero aún no aparecía con mi bebida. Rextrom seguía sin aparecer, así que me arrastré hasta la otra silla, desde la que tenía no solo buena acústica, si no mejor visión de la escena. Escuché el comentario de la muchacha y sonreí.

Qué mona era.

Pero la conversación no tiraba a más, así que me levanté para ir a, aparentemente, regañar al camarero por no atender a mi amable demanda.

-¡Camarero! ¿Dónde cojones está mi cerveza? ¡Hace diez minutos que la he pedido!- golpeé con el puño la barra, asustando a Dellios, que se encontraba de espaldas a mi-Temo que aún no nos han presentado- le comenté a la chica, tendiéndole la mano amistosamente-Yo soy Katherine, y el armario empotrado este que tengo por amigo es Dellios, mi mascota- añadí con una sonrisita-Si me disculpas, me lo llevo unos segundos...

Arrastrando a Dellios a mi altura, me preparé para sermonearle.

-¡Pregúntale su nombre, habla de lo que le gusta! ¡No de whisky ni de alcohol! ¿Ha quedado claro?- le susurré, tirando de su oreja.

Me asusté. Estaba hablando con la mujercita peliroja, cuando de repente y a traición, oí como Katherine le metía bronca al camarero por su inutilidad. Eso alteró mi posición, la cual estaba calculada para estar cómodo y observar a la mujer sin problemas. Era perfecta hasta que me arrastró por la espalda y me llevó con ella.

-Su nombre-repetí incredulo, agarrándome la oreja una vez la soltó- Vaya, no se me había ocurrido, es que ya es costumbre-sonreí timidamente y asentí mientras hablaba- ¿Y tú que?-la avasallé cuando tuve oportunidad, esperando una respuesta coherente, pues no era ciego y aún no muy gilipollas, así que sabía entender las caras.

Mientras esperaba una respuesta, desvié con disimulo la mirada, seguía allí, inalterable a los cambios externos. Perfecta y delicada, fuerte. Un regusto amargo me subio por el esofago. Solo tiene sus ojos, me sarmoneé a mi mismo, asqueado, no es ella. Aún así un pinchazo me sacudió el pecho, ella tambien era tímida...

-Kath-le llamé la atención, aunque no era a ella a quien quería serenar. Me obligé a sonreir, a normalizar el animo- Que rayos te pasa, y no se te ocurra decirme que, nada Dellios-imitó su voz, agudizandola varios tonos en modo burlesco- Porque no cuela.

-Pues claro que "nada, Dellios"- suspiré, cansada, encogiéndome de hombros. ¿Qué esperaba que le dijera?

"No vayas con ella y me dejes atrás, Dellios" pensé desalentada. Él era mi único amigo y compañía en estas tierras. Porque con mi maestro y mis otros compañeros de trabajo no podía contar. Tal vez con el imbécil... Me sonrojé ligeramente y volví a desentenderme del tema.

-Solo son los celos de la novia abandonada- me burlé. Pero mi risa no tenía mucha fuerza. Porque yo también lo había notado. Aquella chica se parecía enormemente a la mujer que Dellios relataba en sus días más depresivos. La mujer a la que había amado. Su nerviosismo ante la escena era, como poco, conmovedor. Así que, dándole un burlón beso en la mano, le dije:

-Te hará bien separarte de mí por una noche para hacer compañía a una linda muchacha. O volverán a creer que tu y yo estamos juntos- añadí lo último con cierto divertido asco en la pronunciación -Deja de preocuparte por mi para asegurarte de que tu temor es por mi inseguridad y no por la tuya. Todo irá bien, te lo prometo. Y ahora...¿Dónde estará el muchacho de pelo corto de antes?- mi alegre risa acompañó al gesto de búsqueda.

La escuché atentamente, sin atreverme a interrumpirla porque lo notaba. Como lo hiciese, se derrumbaría echa un mar de lágrimas. No es tan fuerte como quiere aparentar, pero ahi recae el encanto que me vuelve loco, pensé con ternura. Cuando acabó, y fingió buscar, la acerqué a mi y la abrazé. No me costó mucho, sus intentos reveladores bajo mis brazo eran meras cosquillas, y riendo la hize parar. Supongo que se dejó vencer para salir de ellos, pero no me importaba, sentia que lo necesitaba. O al menos, yo también. Supongo que fue un acto altruista un poco egoista, eh?

-Cúando le veas-le sugerí mientras la dejaba libre- Pegale una buena patada en la despensa, por imbécil-aclaré mientras sonreía- No se deja a una dama hermosa sola en estos tugurios, aunque la dama corte cabezas y pege patadas, sigue siendo una dama-argumenté con mi mejor porte, para romperlo seguidamente y estrugarle la pequeña cabezita entre mis brazos, para como unico fin, rascarle la cabeza con mis nudillos- Portate bien, y no fumes-la advertí mientras me alejaba, sonriente, pasando ampliamente, pues la gente se apartaba a mi paso. Supuse, que no la molestarían. Ahora todo el bar pensaría que era mi chica, o en su deficiencia, algo mio. Aunque nunca dudé de su capacidad de defensa, pero...no me apetecía salir corriendo de otro bar por tumultos y asesinato, llevaba fatal eso de correr a punta de lanzas, espadas y antorchas alcoholizadas. A demás ahora, pensé mirando de nuevo a la mujercita que me había estado esperando, con el corazón latiendo como no lo había logrado en años, no quería salir corriendo.

-Perdona-me disculpé tomando asiento de nuevo, suplicando con mi mejor sonrisa- Es kath, ya sabes como es-me escué con tan pobre escusa, pero quería llegar a algo más importante- Yo soy Dellios-me presenté, alargando mi manom, esperando a que ella me dejará la suya- Y tu eres...?

La escena era confusa para Ilyria... como tal parecia que fuera a hacer todas las escenas que viviera en esa taberna, suspiro, al tiempo que se sobresaltaba con el golpe que la muchacha que acompañaba a Dellios provoco al chocar su puño contra la barra, y por primera vez Ilyria noto que no era una muchacha cualquiera si no que era una elfo.

Katherine... así se hacia llamar, rápidamnete la elfo extendio la mano para saludar a Ilyria, y esta levanto la suya para presentarse, pero la descripción de que el era dEllios, era su mascota y de que se lo llevara paso tan rápido que ni siquiera tuvo tiempo de anunciarse, la pareja de amigos se mesclo entre las personas, mientras que el choco de cabello corto había desaparecido... ¿De que escapaba?, Ilyria suspiro, y nuevamente dentro de su soledad pudo descubrirse, volver a ser la chica ruda de antes, paso su pierna izquierda por sobre su pierna derecha y molesta por no tener nada de beber, pues no se beberia la cerveza que ella misma había dejado tibia, miro a su alrededor, observando pensativa el lugar.
"¿Porque me comporto así?... esta no soy yo... es decir, era hace cinco años cuando..." entonces encontro la respuesta, que comenzaba y acababa con Riuuyin, se lelvo una mano a su frente mientras meditaba sobre aquello.

Despues de unos segundo elevo su vista y apoyo uno de sus codos sobre la barra mientras entrelazaba las manos, su mirada, casi inconcientemente, corrio hacia donde se encontraba Dellios y Katherin, mientras que en su mente repetia el nombre de este.... " y tu... ¿que le vas a decir?" oh no, hay estaba de nuevo su conciencia.... " Esta claro que querra saber tu nombre... entonces...¿Que le diras?, una suerte de presentación de Miss universo?, tipo Hola soy Ilyria Vénix, represento al presente y tengo 20 años?" suspiro levemente sin perder su porte " no seas tan idiota para ahcer algo así... no sabes que es... puede ser lo que sea... no bajes al guardia" Ilyria miro la discución que se transformo en abrazo "¿En serio no son novios?" Ella parecia muy celosa cuando llego a interrumpir, y ahora la manera en la cual Dellios la abrazaba, parecia decir que si era su novia "Idiota... eso eres todo lo que eres Ilyria.... es mejor que salgas de allí" Ya había tomaod la descición pero la voz de Dellios al sobresalto, miro hacia adelante y luego a Dellios extendiendole la mano.
"No tengo ni puñetera idea de como es esa Kath" Pensó algo celosa, par aluego darse cuenta de aquel comentario y desecharlo, y pronto llego la pregunta que Ilyria ya se había formulado... ¿Que le diri?, lo msimo que a todos cuando se presentaba "phoenix" o en realidad le daria su nombre?. La mano de Dellios se extendia delante de ella invitando a que ella posara su mano sobre la de él, el corazón de Ilyria se acelero, y ella oculto una sonrisa para finalmente decidirse a contestar.

-Llamame Phoenix...-dijo al tiempo que posaba su mano derecha entre la de Dellios, dio su nombre de pila, por la cual la conocian quienes hablaban con ella, despues de todo, y apesar de lo qu sintiera, Dellios, era un desconocido aún, elevo la vista encontrandose con los ojos de Dellios y sonrio amablemente

Volví de fuera del bar había salido a tomar el aire y a arreglar unos asuntos con una persona que quería decir quien era, que pesados estaban ese día los cazadores de los descendientes de los dragones. Hacia mucho que no me perseguían con tanto ímpetu, lo que me izo pensar que les estaban metiendo mucha presión y que abría algún gran acontecimiento en breve. Me acerque a Katherine esperando que no notara las manchas de sangre que había en mi ropa, tendría que comprar ropa nueva en algún lugar y destruir esta.

-Perdón por irme así estaba en el servicio.

Mire al camarero y grite para que me ollera.

-Camarero una maldita jarra de aguamiel bien fría y una cerveza para la señorita que me acompaña y rápido.

Se notaba que hoy no era mi día y que estaba algo cabreado, pues esto de que me intentaran cazar todo el rato me asqueaba y bastante.

"Mierda" gruñí para mis adentros "No me gusta emborracharme en público"

Sonreí quedamente, mientras al fin el camarero me premiaba con mi harto demandada jarra de alcohol. Me senté junto al muchacho, y aparté la mirada.
Se me había quitado el buen humor, había notado la hostilidad de la muchacha pelirroja hacia mi persona. ¿Por qué la gente tendía a despreciarme de esa manera? Primero mi madre, luego mi hermano, después Matthew y ahora esa chica. ¿Acaso había hecho algo...?

-Salud- brindé con Rextrom, con una mueca apagada, desasosegada.

No tenía ganas de nada.

Ya no parecía la misma Khaterine de antes algo la había alterado. Lo único bueno de aquello fue que tuve la sensación de que no se había percatado de la presencia de sangre en mi vestimenta. Esperaba poder hablar con ella y animarla algo.

-Salud. ¿Aunque pareces algo desanimada quieres hablar de ello?


Bebí un un poco de mi aguamiel, sonreí a Khaterine y me la quede mirando haciendo caso ajeno a todo lo demás, no me gustaba el ambiente tan tenso k se había formado durante mi ausencia, me preguntaba que habría pasado.

Parpadeé con asombro. ¿Se me había notado tanto? Reí nerviosamente, mirando mi cerveza, absorta en el dorado líquido que rellenaba la jarra. Sin mirarlo, musité.

-Las manchas de sangre se van mejor con alcohol, del de desinfectar. Tus asuntos no me atañen, pero me gustaría, por una vez, que mis compañías gozaran de una vestimenta limpia- bromeé, sin reír. Mi humor tal vez se podía agriar más, así que dejé de mirar donde no debía y me quedé mirando a los ojos rojos de mi compañero de mesa. Unos ojos muy bonitos, por cierto.

-Vaya, ojos rojos...- sonreí alegremente -Temo que ese color te va a traer más de un problema, si no te los ha traído ya- pegué un pequeño sorbo a mi bebida. De tanto demandarla, ahora se me habían quitado las ganas -Y eso es una verdadera lástima.

Tosí, soltando luego una queda risita entre dientes.

-Solo estoy algo apagada, porque temo que... Me van a dejar un poco atrás. Y a parte de las cucarachas y la oscuridad... A lo que más temo es a estar sola. Siento si estoy de un humor horrible- luego opté por sonreír tímidamente , como pidiendo disculpas.

Nuestras miradas se cruzaron, sus ojos realmente eran bellos. El comentario de la sangre me hizo gracia, puede que las manchas se fueran pero no es lo mismo, sigue quedando un pequeño rastro aunque para muchos no es perceptible. Me quede algo pensativo, la verdad es que no savia cuanta razón tenia, la de veces que me habían intentado matar por lo que soy, también había segado muchas vidas por ello.

-Pues si la verdad bastantes problemas me han traído, por cierto tus ojos también son muy bellos. Espero que no me los traiga contigo no me gustaría.

Suspiré al oír sus temores realmente era una lastima.Solo se me ocurrió decirle una cosa.

-No estas sola, has echo un nuevo amigo, si necesitas algo puedes contar conmigo.

Sonreí y le puse la mano en el hombro.

-Tu tranquila vale. Solo estarás sola si lo buscas sino siempre tendrás un amigo a tu lado aunque no lo veas en ocasiones.

El tacto que me proporcionó su mano al cojerla fue de extrema suavidad. Y eso me gustó, realmente parecía una muchacha.

-Encantado-musité con mi mejor sonrisa, mientras arrastraba suavemente y sin resistencia su mano hacía mis labios, y al hacerlo, dejé que mi oscura cabellera cayera hacía delante, ocultando mi rostro entre sus mechones, pero con la mirada fija y despejada en mi hermosa acompañante. Mientras la besaba, desvié rápidamente la mirada hacía el lado, dónde suponía que habría ido a para Katherine, y para mi sorpresa no la vi sola. Y me alegré de que fuera aquel muchacho paradito de pelo corto. Con el corría menos peligro que con otro hombre, pensé divertido ante mi cruel pero inofensiva burla. Ocultos como estaban mis ojos entre la espesura de mi cabellos, retomé el contacto sobre Phoenix, encantado por ello y ahora mucho mas tranquilo, para que negarlo.

Prolongé el beso hasta que noté como enrojecían sus mejillas, entonces acompañé su mano de nuevo a su regazo, y seguí sonriendo. Era encantadora, pensé. Y no lo negaré, mi mirada se fijó un poco más abajo, dónde acababa la cintura y empezaban unas largas piernas, prolongadas y delimitadas por su calzado. Pedazo piernas, comenté para mi, con una picarona sonrisa, realmente desarrollada para ser tan jovencita.

-Bonito nombre. Phoenix-me gustó pronunciarlo. No comenzaba igual, y eso me tranquilizó de una manera increíble y me hizo sonreír- Se parece a fénix, ¿verdad? al pájaro-entonces caí- ¿Tu nombre no vendrá por eso?-comenté satisfecho por mi deducción, realmente a mi me costó averiguar la procedencia del mío, y cuando la supe, quise no haberme interesado nunca por semejante gilipollez, pensé aunque mi sonrisa descubrió en parte mis pensamientos.

Desvié la mirada, y entre y el humo y la gente pude atisbar que era de noche fuera de los muros del bar. Pero no era una negrura profunda, la luz tenue de la luna creciente difuminaba sus rayos a través de los arboles, dotándoles de un tímido resplandor azulado. El invierno aún no había acosado aquellas tierras, quizás podríamos salir, intervine mentalmente, pues el ambiente de los bares sino esta sobrio, te parece agobiante y incluso, aburrido.

Sonreí cálidamente a la afirmación de mi compañero de mesa. Era un buen tipo.
Le acerqué mi jarra de cerveza, que ahora me parecía demasiado grande y demasiado llena.

-No tienes ni idea de lo mucho que aprecio tu compañía en estos instantes, Rextrom. No tienes ni la más remota idea- suspiré, con una nueva mueca tierna.

-Espero que tampoco tengas más problemas en tan aciaga noche, amigo- remarqué esa palabra con una inusitada calma. El alcohol empezaba a hacerme efecto, y sentía la euforia que precedería mi ira y luego el llanto. Tragué cerveza como nunca lo había hecho. Era amarga, y era de las peores que había bebido jamás. Me sentó como una patada en el trasero, y me dio nauseas.

-Creo que voy a po...- salí corriendo hasta el baño, notando cómo la escasa comida que había ingerido después del incidente en el mar recorría de nuevo por la garganta, el esófago y acababa en la taza del baño. Me recosté contra el muro y comencé a llorar.